En América del Sur, Perú es el segundo país con la mayor cantidad de jaguares después de Brasil, según un estudio de la ONG Panthera. Sin embargo, esta cifra que bordea los 22 mil solo representa la mitad de lo que debería haber, según datos revelados por Conexión Jaguar, programa de sostenibilidad corporativo de ISA, que opera en nuestro país como la más importante empresa de transporte de energía en alta tensión.
La caza y mafias que venden sus pieles, colmillos, entre otras partes del felino, han hecho que en América solo alrededor de 173 mil jaguares permanezcan en libertad, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Nuestro país no es ajeno a esta situación, en zonas de la selva estos animales son comercializados en el mercado negro y solo en el último año, el Estado ha tomado medidas para contrarrestar esta situación solicitando al CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de las Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre) que se reconozca al Jaguar como la especie bandera de los países en América en los que habita y que se tomen las medidas especiales para proteger a esta especie amenazada. Pero, ¿Qué consecuencias traería la extinción de este felino en nuestro país?
Carlos Riva Agüero Padilla, gestor de Asuntos Ambientales de ISA REP, menciona que ‘El jaguar es una especie paraguas y desempeña un papel fundamental para el equilibrio y el funcionamiento apropiado de los ecosistemas. En los hábitats donde hay presencia de jaguares, este se encuentra en la cima de la cadena alimenticia y actúa como un regulador de especies menores, cuyo incremento de población originaría escasez de agua, degradación de suelos, entre otros daños. Por lo tanto, la presencia del jaguar es clave para mantener un ecosistema saludable. Su desaparición causaría cambios irreversibles en la biodiversidad’.
El jaguar está calificado en la Lista Roja de la UICN como una especie amenazada y su número en Latinoamérica va en caída. En los últimos 100 años, esta especie se ha reducido a la mitad de su distribución histórica.
Conexión Jaguar
Nuestro país es el segundo en el mundo con la mayor cantidad de bosques amazónicos, que albergan el 80% de las plantas de uso medicinal y donde viven 50 pueblos originarios.
Con el fin de contribuir a la mitigación del cambio climático, apoyar la conservación de la biodiversidad y la conectividad del jaguar en toda Latinoamérica, ISA de la mano con sus aliados técnicos South Pole, Panthera, desarrollan el programa Conexión Jaguar.
Su primer proyecto en Perú del 2018 estuvo ubicado en la región de San Martín en el centro – norte del país y cubrió una extensión de 50 mil 194 hectáreas. La asociación Amazónicos por la Amazonía (AMPA) son los administradores de este proyecto.
Jackeline Tapia Chávez, gestora en Sostenibilidad de ISA REP, menciona ‘Trabajamos en conjunto con las comunidades implementando el componente de carbono en proyectos de recuperación y preservación de bosques. De esta forma buscamos la reducción de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en zonas de prioridad para la protección de hábitats naturales y corredores del jaguar en América Latina. En ese primer proyecto con AMPA también hemos contribuido con el desarrollo local sostenible de las comunidades de Nuevo Bolívar y El Progreso a través del apoyo en la implementación de módulo apícolas’.
Además, en este proyecto se logró realizar nuevos registros de especies amenazadas a través de 45 cámaras trampa instaladas en la Concesión para la Conservación Alto Huayabamba (CCAH). Son un total de 17 especies, 9 mamíferos y 8 aves, tres de ellos (oncilla (Leopardus tigrinus), el pudú andino (Pudu mephistophiles), y el coatí andino (Nasuella olivacea) especies con categoría de Amenaza Vulnerable, según la UICN. Estas cámaras de fototrampeo fueron instaladas con el apoyo de la comunidad local, lo que permitió capacitarlas en el monitoreo y sensibilizarlas en la importancia de la fauna e investigación.
Conexión Jaguar brinda el apoyo técnico y financiero a proyectos de reforestación, de tal forma que puedan ofrecerse en el mercado de bonos de carbón y puedan tener proyectos autosostenibles con el tiempo. El capital obtenido en la comercialización de los bonos son invertidos en la formulación de nuevos proyectos que den continuidad al Programa en acciones de conservación de bosques, protección y monitoreo del jaguar, generación de empleo, educación, infraestructura, entre otros.
Finalmente, la meta para ISA al 2030, es preservar 400,000 hectáreas del corredor del jaguar en Latinoamérica, a fin de contribuir con la sostenibilidad de esta especie y, al mismo tiempo, con la compensación de 9,000,000 de toneladas de CO2, a través del apoyo a proyectos de reforestación y/o deforestación evitada trabajando en articulación con las comunidades de la zona.
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