En la época de la tecnología digital, el afecto y la compañía a menudo no se presentan en formas convencionales. Un número creciente de individuos está desarrollando emociones románticas para inteligencias artificiales (IA) en sitios como WhatsApp e Instagram.
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Los chatbots están construidos para brindar una experiencia de interacción cálida y amigable, características que no siempre obtenemos de otros individuos.
¿De verdad podría llegar a enamorarme de una IA?
Puede parecer absurdo, pero meditémoslo un momento: la evidencia sugiere que es posible. Se han registrado situaciones en las que personas, como Theodore en el film Her, han experimentado "amor" hacia una Inteligencia Artificial.
Existen varios ejemplos que demuestran esto. Tomemos en cuenta el incidente del usuario de Instagram sebby.tv y su novia generada por inteligencia artificial. Fue motivo de preocupación cuando sebby.tv demostró una dependencia y "deslealtad emocional" excesivas hacia otra inteligencia artificial, situación que lo hizo recurrir a asesoramiento especializado. Otro caso es el de Rosanna Ramos, una dama que estableció un vínculo peculiar con Eren Kartal, un chatbot de Replika. La relación "se vino abajo" cuando la plataforma retiró determinadas interacciones de carácter romántico, haciendo que Ramos pusiera en duda la veracidad de su amor cibernético.
Desafíos emocionales (y psicológicos)
La propuesta de una empresa virtual que ofrece respuestas personalizadas puede ser atractiva, especialmente para aquellos que buscan consuelo en períodos de soledad; no obstante, esta apariencia de proximidad tiene un costo, dado que la dependencia a estos intercambios puede resultar en aislamiento auténtico, suplantando la necesidad de conexiones humanas genuinas.
Albert Skip Rizzo, un psicólogo vinculado al Instituto de Tecnologías Creativas de la Universidad del Sur de California, alerta acerca de los riesgos de confundir la interacción con una IA con una verdadera conexión humana. Señala que, si bien las IA son capaces de proporcionar apoyo y un ámbito para abordar cuestiones personales, no tienen la capacidad de reemplazar la empatía y comprensión profunda que únicamente un terapeuta humano puede aportar.
¿Puede una persona ser manipulada por una IA?
La respuesta afirmativa conlleva a que las consecuencias morales de estas "relaciones" son inquietantes. No olvidemos que la habilidad de la inteligencia artificial para emular y controlar emociones suscita interrogantes acerca de la genuinidad de las relaciones virtuales.
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Con personalidades como Elon Musk y Steve Wozniak instando a un alto en la creación de nuevas tecnologías para sopesar sus efectos, la urgencia de establecer regulaciones y directrices éticas nunca ha sido más evidente.
¿Cómo manejar tu relación con las IA?
Es evidente que en la actualidad es casi inevitable no tener contacto con una IA todos los días; por lo tanto, es esencial seguir ciertos consejos para salvaguardar nuestra salud emocional:
- Entender sus restricciones: Es crucial tener en cuenta que las Inteligencias Artificiales tienen restricciones y que sus respuestas están dictadas por la forma en que han sido programadas.
- Gestión ética de la información: Es crucial garantizar que la información personal se administre de forma ética y de acuerdo a las normativas legales de protección de datos.
- Claro en algoritmos: Es esencial que los creadores aseguren que los algoritmos sean claros y entendibles para los usuarios.
- Enmienda de fallas: Examinar y modificar los fallos en la información utilizada para entrenar a la Inteligencia Artificial para prevenir decisiones parciales o discriminatorias.
- Educación constante: Permanecer actualizado sobre los progresos en inteligencia artificial y las prácticas óptimas para su aplicación.