Diminutos robots desarrollados a partir de células podrían ser la solución para la reparación de órganos y tejido humano

Enfermedades como el Alzheimer están relacionadas a la pérdida de tejido cerebral. Repararlo es sumamente complejo, ya que además de lograr identificar donde se registró el problema, el acceso es prácticamente imposible por tratarse de un parte tan delicada de nuestro cuerpo, como lo es el cerebro.

Sin embargo, hay iniciativas que se alzan como posibilidades para curar estas y otras enfermedades. Una con muchas oportunidades de cambiar el mundo de la medicina son los anthrobots.

Se trata de pequeños robots, desarrollados a partir de células humanas. Los aparatitos pueden ser inyectados en un paciente, para que ellos mismos (previa programación) viajen hasta la región del problema y reparen el tejido humano. También podrían ser utilizados para la reparación de órganos.

Están hechos de células de la tráquea humana y pueden moverse por sí mismos. También pueden unirse entre sí para formar estructuras complejas.

Estos sorprendentes mecanismos aún se encuentran en desarrollo, sin embargo los científicos encargados de fabricarlos publican los resultados de sus logros, debido a que tienen el potencial de revolucionar la medicina y la tecnología. Pueden utilizarse para tratar enfermedades, reparar tejidos dañados y explorar nuevos entornos.

“El tamaño de los robots varía: el más pequeño no es más ancho que un cabello humano y el más grande tiene aproximadamente el tamaño de la punta de un lápiz”, dijeron los científicos en una publicación.

Usos del robot biológico

• Entrega de medicamentos: Los anthrobots se podrían utilizar para entregar medicamentos a partes del cuerpo que son difíciles de alcanzar, como el cerebro o el corazón.
• Reparación de tejidos: Los anthrobots se podrían utilizar para reparar tejidos dañados, como los músculos o los nervios.
• Investigación médica: Los anthrobots se podrían utilizar para investigar enfermedades y desarrollar nuevos tratamientos.

La ciencia avanza a pasos realmente agigantados. Esta iniciativa es impulsada por investigadores de las universidades de Tufts y Harvard, en los Estados Unidos.