Manejar vehículos y dibujar, todo con la mente: las prometidas funciones del chip cerebral de Elon Musk

¿Podrá implantarlo en humanos alguna vez?

Las autoridades norteamericanas prohibieron a Elon Musk utilizar su chip cerebral en humanos, hasta que no cumpla con determinados requerimientos. Pero realmente es muy poco lo que se conoce sobre el dispositivo de Neuralink.

La empresa de Musk está activa desde 2016, enfocada en la creación de este chip cerebral, que mide 23 milímetros por ocho milímetros. Hasta ahora solo realizó pruebas en animales, algo que sembró preocupación en la comunidad científica.

Cuando se disponía a hacerlas en humanos, la FDA estadounidense (Administración de Alimentos y Medicamentos) le negó el permiso. La prohibición es de 2022, pero fue revelada por Reuters este año.

Los motivos son:

  1. La seguridad de la batería de litio del dispositivo.
  2. La posibilidad de que los cables del implante migren a otras áreas del cerebro.
  3. El posible daño al tejido cerebral, en caso de tener que retirar el chip.

Hasta que Neuralink no resuelva estas inquietudes de la FDA, no tendrá el permiso para probar el dispositivo en seres humanos.

Pero enfoquémonos en las funciones del chip de Elon Musk. Como hemos dicho, es poco lo que se conoce realmente sobre él, aunque muy prometedor.

Las funciones del chip cerebral de Neuralink, según Elon Musk

Musk anunció en presentaciones previas que ha sido probado en cerdos y monos. Incluso se observó en un video cómo un primate manejaba con su cerebro un juego de pong.

La primera función es que servirá para la lectura de la actividad cerebral del sujeto. Luego, ayudaría a la persona en ciertos problemas neurológicos.

Se dice que los usuarios con parálisis podrán controlar un ratón de computadora, dibujar y manejar programas, todo con la mente.

Y luego Musk fue más allá. Según recuerda el diario español El Mundo, en 2020 anunció: “Entre las capacidades potenciales de la interfaz cerebro-dispositivo de Neuralink está manejar un automóvil solo con el pensamiento, jugar videojuegos, ‘salvar y reproducir recuerdos’ e incluso hacer caminar de nuevo a las personas con daños en la médula espinal”.

También el usuario “controlaría sus hormonas y escucharía música”.

Vamos, el chip es la panacea universal, digna de ciencia ficción.

Solo basta saber cuándo podrá ser probado en humanos, y para llegar a este punto el recorrido es largo y vigilado.

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