Estar en el espacio por tres o cinco meses, sin la gravedad de la Tierra y con los músculos perdiendo masa afecta enormemente al cuerpo de los astronautas. Para evitar problemas, además de los ejercicios es recomendada una dieta balanceada.
La NASA establece una hoja de ruta para sus astronautas que, aunque difieren en cantidades según la contextura, tiene una regularidad establecida.
Vamos a ver cuál es la dieta espacial para los astronautas de la NASA, el tipo de alimentación que siguen para permanecer en buen estado físico y evitar el deterioro natural de la microgravedad.
Los astronautas comen tres veces al día: desayuno, almuerzo y cena. La intención de los nutricionistas de la agencia aeroespacial norteamericana es que los alimentos proporcionen un equilibrio de vitaminas y minerales.
De acuerdo con la NASA, los requisitos calóricos son distintos para cada tripulante de la Estación Espacial Internacional. Por ejemplo, una mujer pequeña necesitaría de unas 1.900 calorías al día, mientras que un hombre de mayor estatura requeriría de unas 3.200.
La comida más recomendada para los astronautas de la NASA
¿Cuál es la comida más recomendada para los astronautas? No hay una sola: el objetivo es que cada uno de ellos se sienta satisfecho en el sabor y que también se mantengan en forma, evidentemente.
Un tripulante de la Estación Espacial Internacional puede elegir entre frutas, nueces, mantequilla de maní, pollo, carne de res, mariscos, dulces y brownies.
Entre las bebidas disponibles están el café, té, jugo de naranja, ponches de frutas y limonada.
También tienen a su disposición condimentos como la salsa de tomate (kétchup), mostaza y mayonesa, para darle más sabor a las comidas.
¿Cuáles son las principales prohibiciones en la alimentación?
Ya conocemos que está prohibido comer pan blanco en la ISS, además de alcohol, por motivos que van desde el cuidado de los equipos hasta la salud y responsabilidad de los astronautas.
Tampoco pueden espolvorear sal y pimienta sobre su comida en el espacio, ya que flotarían, obstruyendo las salidas de aire, contaminando los equipos o terminando en ojos, boca o nariz de un astronauta. Las sazones se presentan de forma líquida.
Algunos alimentos se presentan en forma natural, pero otros necesitan la adición de agua, como los macarrones y los espaguetis, según explica la NASA. La Estación Espacial Internacional tiene un horno para calentar los alimentos, aunque no cuenta con refrigeradores.
Por ello, la comida debe almacenarse y prepararse de manera adecuada para evitar que se eche a perder.
Imaginamos que, a la vuelta a la Tierra, los astronautas besarán el piso de su cocina al saber que pueden disfrutar de una comida sin tantas restricciones como en el espacio.