Tokio. Japón endurecerá la regulación que afecta a grandes tecnológicas como Google, Apple, Facebook o Amazon, tras hallar prácticas que perjudican a vendedores que operan en sus plataformas y a los consumidores ante un manejo injusto de sus datos.
La Comisión de Comercio Justo de** Japón** planea elaborar una serie de directrices regulatorias nuevas para verano, en las que hará una interpretación más amplia del concepto de “abuso de una posición negociadora superior” de la ley antimonopolio del país para proteger a pymes y consumidores, según adelantó este jueves el diario Nikkei.
El Gobierno habría tomado la decisión de revisar su política al respecto después de que el organismo antimonopolio japonés revelara en un informe publicado el miércoles que un alto porcentaje de las empresas que trabajan con estas plataformas experimentaron cambios en sus contratos en Japón y el extranjero sin negociaciones previas.
Según la encuesta realizada entre febrero y marzo, el 93,2 % de los proveedores del portal de comercio electrónico Rakuten dijeron haber experimentado** cambios unilaterales en los contratos**, mientras que el porcentaje fue del 81,4 % entre los que trabajan en la plataforma de Apple, del 73,8 % en Google y del 72,8 % en Amazon.
La comisión antimonopolio japonesa ya ha inspeccionado la sede de algunas de estas plataformas, incluyendo Amazon, por supuestamente haber cometido violaciones de las leyes antimonopolio, como obligar a que los proveedores asumieran parte de los costes para cubrir los descuentos aplicados a los productos que se vendían en línea.
El sondeo también halló que tres cuartas partes de los consumidores encuestados se mostraron preocupados por la forma en que estas plataformas recopilan y utilizan sus datos personales.
Japón aplica actualmente el concepto de “abuso de posición” a las relaciones entre empresa y empresa, y busca inspirarse en la ley antimonopolio para proteger también a los consumidores que carecen de información o conocimiento para acabar con el intercambio injusto de sus datos privados cedidos a cambio de servicios gratuitos.
El plan, que recogerá qué se entiende por este abuso y ejemplos, podrían incluir casos como el uso que los minoristas hacen de los datos de compras en línea para dirigir determinada publicidad al consumidor, así como las políticas de privacidad intencionadamente largas y farragosas para disuadir al usuario de que las lea.
Fuente: EFE