La tensión se apoderó de las calles de Perú, mientras el entonces mandatario Pedro Castillo intentaba ejecutar un golpe de Estado aquel 7 de diciembre de 2022. Leyendo el discurso con manos temblorosas en transmisión nacional, entonces anunciaba la disolución del Congreso, desatando la crisis.
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El entonces presidente fue destituido por el Congreso y detenido por rebelión. Los ciudadanos salieron a las calles a expresar su malestar. La entonces vicepresidenta Dina Boluarte asumiría el poder, una decisión que causó el descontento popular con las graves manifestaciones reprimidas que enlutaron al país, con al menos 50 muertos.
La fecha fue recordada este sábado en un acto oficial de la presidenta, quien sigue sumando críticas a su gestión. La dirigente, con su peor indica de aprobación, insistió en que su gobierno “se mantiene firme”, se declaró “soldado en defensa de la Patria” y apuntó contra las protestas de hace dos años, llamando “intolerantes” a quienes convocaron las acciones de calle.
¿Sin mea culpa?
Dina Boluarte, quien ahora es investigada por la Fiscalía por supuesta vacancia de su cargo para someterse a un tratamiento estético, no asumió responsabilidad por las manifestaciones reprimidas por las fuerzas de seguridad a su mando.
Por el contrario, apuntó contra los detractores con una advertencia: “Aquellos que todavía tienen en su mente y en su corazón ideologías de odio, aquí estamos las instituciones sólidas, firmes y fuertes para defender a nuestra patria”.
En las redes sociales se desató la indignación y no pocas exigencias de un pronto cambio en el gobierno. “Una decepción de presidenta. Más se preocupó de sus cirugías y sus rolex”, “Rebuznando odio”, “Dina pide no más odio, pero en su cartera le encontraron un muñeco vudú que no representa amor”, “Entiende tienes solo 3% de aprobación, nadie te quiere, pero no es odio. Queremos democracia e instituciones sanas.”, fueron algunas de los mensajes.
