Hace cinco días se dio a conocer que la gigante asiática Shein demandó a Temu, por copiar sus diseños. De lo mismo que la primera ha sido acusada, por parte de H&M, Adidas y otras.
Acusó a Temu de ejecutar una “trama” de robo de secreto industrial, falsificación, violación de derecho intelectual y publicidad engañosa para “infiltrarse” en Estados Unidos.
“Temu atrae a los consumidores de EE.UU. a descargar y usar su aplicación móvil con la promesa de precios extremadamente bajos, pero Temu no saca beneficio de la venta de esos productos, tan baratos que debe subsidiar cada venta, perdiendo dinero en cada transacción”, argumentó Shein.
Shein además precisó que Temu alienta a los vendedores de su plataforma a infringir la propiedad intelectual de los demás y a vender productos falsificados o de baja calidad, que controla los precios de esos bienes y además impide que sean retirados si se admite que son copias.
Pero no sólo eso, ya que acusan a su rival de “robo de secretos” por parte de un empleado, lo que le permitió identificar los productos más vendidos de la plataforma de Shein junto a información interna de precios.
Temu responde
“Shein, enterrados bajo su propia montaña de demandas de propiedad intelectual, tiene el descaro de fabricar acusaciones contra otros por la misma mala práctica por la que son demandados repetidamente”, dijo un vocero de Temu.
“La osadía es increíble”, agregó.
En cuanto a las acusaciones sobre la mala calidad y toxicidad de sus productos, Temu indicó que la firma “se toma muy en serio la seguridad de los productos vendidos por comerciantes externos en nuestra plataforma. Contamos con un proceso integral de investigación, monitoreo y aplicación para garantizar que los productos cumplan con las reglas de la plataforma y los requisitos reglamentarios”.