No hay justificación y España está impactada. El asesinato de Tatiana Ascoy y su hija de apenas cinco años, en un apartamento de Carabanchel, en Madrid, dejó a todos sin palabras. El asombro se multiplica cuando se hace saber que el asesino, Jhoel Antonio Salvatierra Altuna, había sido absuelto por un juez en un proceso que Tatiana inició por violencia de género.
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El reporte del diario La Voz de Galicia señala que el caso lo vio “el Juzgado de lo Penal 37 de Madrid”. Allí, Tatiana se negó “a pedir cárcel para el agresor” y se contradijo durante la audiencia. Nadie pensó que estaba siendo víctima del ciclo de la violencia, que temía más y por eso negó todo. El juez calificó que “sin testigos presenciales o de referencia no se puede concluir con un mínimo de certeza”, y lo absolvió.
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Varios medios españoles reseñaron el impactante crimen. Salvatierra vivía en el mismo edificio, pero en un departamento diferente. Habían llegado a la capital española desde Trujillo, buscando mejores oportunidades y se instalaron en el número 62 de la calle Jacobeo, en Carabanchel.
“Tenía una llave”
Ya no vivían juntos. Tatiana compartía departamento con su hijita y con otro matrimonio que también tiene un hijo. Entró al departamento y la apuñaló, y ella corrió desesperada al garaje desde donde llamó a la Policía. Cuando llegaron los servicios de emergencia y subieron, encontraron muerta a la niña. Salvatierra se había cortado las venas, pero está vivo.
La otra familia que vive en el departamento se refugió en una habitación al escuchar los gritos. Salvatierra Altuna entró a la casa utilizando una llave que tenía guardada, de los tiempos en los cuales vivía en el lugar.
Lo llevaron al Hospital 12 de Octubre en condición crítica, pero quedó inmediatamente detenido. La pareja estaba en proceso de separación y a Tatiana la habían incluido en el sistema VioGen, un mecanismo de protección en el cual había sido calificada como de “alto riesgo”.