Timothy Lyndsay Shaddock, australiano de 54 años, se encontraba a la deriva en su catamarán averiado “Aloha Toa” en el Pacífico oriental, pero ¿por qué su hallazgo es un acontecimiento?
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El náufrago estaba a más de mil 200 millas de tierra, fue localizado en el océano Pacífico oriental - Latitud Norte 09° 54″ y Longitud Oeste 122° 52″.
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Aquí te presentamos un mapa en el que se ubica la zona donde fue localizado, según las coordenadas que se reportaron.
El residente de Sydney, zarpó en abril de La Paz, Baja California Sur, con destino a la Polinesia Francesa, pero naufragó en aguas internacionales.
Es decir, aunque su país de origen, Australia, se ubica a 14 mil kilómetros de México, Shaddock no realizó esa travesía, sino que partió desde aguas mexicanas y quedó a la deriva en medio del océano.
Su embarcación se averió y quedó a la deriva. Los dispositivos electrónicos que llevaba también se averiaron.
Sobrevivió comiendo pescado crudo y tomando agua de lluvia, pues el consumo de agua salada es dañino para la salud.
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En la embarcación también iba su perrita “Bella”, que se convirtió en su apoyo emocional, lo que comúnmente se conoce hoy en día como animal de compañía.
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Fue localizado por un buque atunero de la flota de Grupomar, a cargo del capitán Oscar Meza Oregón.
“He pasado por una prueba muy difícil en el mar y solo necesito descanso y buena comida porque llevo mucho tiempo solo en el mar (…) Por lo demás, estoy muy bien de salud”
— Timothy Shaddock, náufrago
¿Cómo logró sobrevivir?
Reporta que su alimentación se basó en pescado crudo y agua de lluvia, pues la ingesta de agua salada es dañina para la salud.
Esto porque la salinidad permitida en el cuerpo es nueve, que representa la cantidad de sal en los fluidos de nuestro organismo. Es decir, que por cada 1000 gramos de fluido, nueve son sal y 991 son agua.
Estos fluidos son llamados isotónicos, mientras que el agua del mar entra en la categoría de hipertónica porque contiene más sal que la sangre humana y su salinidad es de 35, es decir, casi tres veces más del límite.
Cuando se bebe agua de mar, los riñones la filtran y eliminan el exceso de sodio a través de la orina, pero se genera un riesgo de deshidratación y si esto se hace constantemente, los riñones sufren una descompensación.
Además, según portales especializados en salud, otra reacción al beber agua salina es que cuando llega al intestino, en vez de ser absorbida, atrae el agua de las células del epitelio intestinal, lo que puede provocar descomposición y diarrea.