LIMA (AP) — Perú desconocía el miércoles la magnitud del impacto del alud que cayó el domingo en una zona remota de minería informal de oro, mientras equipos de rescatistas pugnaban por encontrar cadáveres dentro de unos socavones mineros donde ingresaron masas gigantescas de lodo. La cifra de fallecidos y de perjudicados es incierta después de tres días en las cinco aldeas afectadas de difícil acceso, en las que se han reportado de momento 15 muertos y dos desaparecidos.
“A este momento no tengo información de policías, ni de bomberos porque la zona donde están trabajando es inaccesible, no hay señal telefónica", dijo a The Associated Press Guadalupe Suclla, funcionaria de Defensa Civil de la región Arequipa, donde están ubicadas cinco pequeñas aldeas remotas afectadas por el alud que ocurrió por las fuertes lluvias que caen durante el mes.
Suclla dijo que las poblaciones, dentro del municipio Mariano Nicolás Valcárcel, están a una hora en auto desde el remoto pueblo de Secocha. “Además, luego de bajarte del carro tienes que caminar media hora cuesta arriba”, indicó Suclla. El martes la policía confirmó a la AP que un equipo de 15 agentes se dirigía a los poblados remotos incluyendo dos perros para buscar los cuerpos presuntamente atrapados en el fango.
La funcionaria de Defensa Civil indicó que por ahora están confirmados 15 muertos, 20 heridos y dos desaparecidos. “Hay gran posibilidad de encontrar más cuerpos, el barro los ha sepultado y varios estaban trabajando en los socavones de donde extraen oro de manera informal”, añadió. La víspera se habían confirmado 12 fallecidos y tres desaparecidos.
Mariano Noa, un minero y poblador de la remota aldea Posco Miski, llegó la víspera hasta Secocha y allí dijo a AP que habían elaborado una lista con 20 desaparecidos, personas a las que no habían podido encontrar desde el domingo hasta la mañana del martes.
También solicitó auxilio y comida para asistir a más de 1.000 vecinos atrapados desde el domingo en la ladera de una montaña y que no podían cruzar porque se ha formado un inmenso cuerpo de barro y piedras en forma de río que rodea el cerro.
Las autoridades indicaron que existen otras dos zonas del país donde se han presentado aludes, una en la localidad de Yauyos y la otra en Cañete. En ambas se ha llevado ayuda, dijo el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
El alud que cayó el domingo desde las montañas más altas se llevó por delante viviendas y todo lo que encontraba a su paso. Los habitantes sólo podían gritar y lamentarse mientras veían deslizarse con fuerza el denso torrente de agua marrón y barro.
Defensa Civil indicó que los aludes afectaron a puentes, bocatomas, canales de riego, carreteras y viviendas y alrededor de 630 casas quedaron inservibles. El impacto de los deslaves en las cinco aldeas afectadas se debió a que se trata de una zona descendente de unos 48 kilómetros en la que se han instalado mineros desde hace dos décadas para extraer oro de socavones.
Las lluvias son frecuentes entre diciembre y marzo en Perú, una época en que las precipitaciones provocan aludes que afectan a viviendas usualmente ubicadas cerca de riberas de ríos o en zonas donde las autoridades recomiendan no construir casas porque por siglos los aludes discurren cada cierto tiempo de forma periódica. Los aludes también afectan en ocasiones infraestructura pública, incluyendo puentes y vías.