JERSÓN, Ucrania (AP) — El cadáver de Natalia Kristenko cubierto por una manta permaneció durante la noche en la entrada de su edificio residencial. Los trabajadores municipales no podían ocuparse del cuerpo mientras respondían a una andanada mortífera de ataques que remecieron la ciudad ucraniana de Jersón.
La mujer de 62 años caminaba fuera de la casa con su esposo el jueves al anochecer cuando cayó el misil. Kristenko murió al instante, su esposo horas después en el hospital.
“Los rusos me quitaron a las dos personas que más amo”, dijo angustiada su hija Lilia Kristenko, de 38 años, aferrando a su gato bajo su abrigo y mirando con horror cuando finalmente llegaron los trabajadores para llevar a su hija a la morgue.
Una andanada de misiles cayó sobre la ciudad recientemente liberada, en una fuerte escalada de los ataques desde el retiro de las fuerzas rusas hace dos semanas.
La ciudad fue atacada 17 veces el jueves antes del mediodía, y los ataques continuaron hasta la tarde. Al menos cuatro personas murieron y 10 resultaron heridas, según la administración militar de Jersón. Soldados en la región habían advertido que Jersón enfrentaría una intensificación de los ataques al atrincherarse los soldados rusos en la otra margen del río Dniéper.
Decenas de personas sufrieron heridas en los ataques que alcanzaron edificios residenciales y comerciales, algunos de los cuales estallaron en llamas, lanzando cenizas al aire y regando las calles con vidrios rotos. La destrucción alcanzó a algunos barrios residenciales que hasta ahora estaban casi intactos tras nueve meses de guerra.
La violencia está agravando una ya terrible crisis humanitaria. En su retirada, los rusos destruyeron instalaciones cruciales de electricidad y agua. La gente está tan desesperada que busca algún alivio entre los escombros.
En tanto, los gobiernos europeos se afanan para ayudar a los ucranianos a mantenerse abrigados y con electricidad durante los gélidos meses de invierno, con promesas de enviar apoyo para mitigar la campaña del ejército ruso para apagar la calefacción y las luces.
Francia enviará 100 generadores de alta potencia para ayudar a la población, dijo la ministra del Exterior, Catherine Colonna, el viernes.
Dijo que Rusia está usando el invierno “como un arma” para provocar penurias a la población civil.
El secretario del Exterior británico James Cleverly, que arribó a Kiev para una visita no anunciada, dijo que un paquete de defensa antiaérea, valuado en 50 millones de libras (60 millones de dólares) ayudará a Ucrania a defenderse de los bombardeos rusos.
“Las palabras no bastan. Las palabras no mantendrán encendidas las luces en este invierno, Las palabras no los defenderán de los misiles rusos”, tuiteó Cleverly.