JERSÓN, Ucrania (AP) — El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, realizó el lunes una visita triunfal a Jersón y aseguró que la retirada rusa de la ciudad es el “comienzo del fin de la guerra”, pero también reconoció el alto precio que los soldados ucranianos están pagando en su duro esfuerzo por hacer retroceder la fuerza invasora.
La reconquista de Jersón fue uno de los mayores éxitos de Kiev en los casi nueve meses de invasión rusa. Fue otro duro golpe para el Kremlin y podría convertirse en un trampolín para nuevos avances en el territorio ocupado.
Pero gran parte del este y el sur de Ucrania todavía están bajo control ruso, y la propia ciudad de Jersón permanece al alcance de los proyectiles y misiles rusos. Además, siguen los intensos combates en otras partes del país, y Ucrania ha informado de varias bajas civiles.
Zelenskyy caminó por las calles de Jersón el lunes, otorgando medallas a los soldados y tomándose fotos con ellos.
“Este es el principio del fin de la guerra”, expresó el presidente. “Estamos llegando paso a paso a todos los territorios temporalmente ocupados”.
Pero también reconoció sombríamente que la lucha hasta el momento “se llevó a los mejores héroes de nuestro país”.
Zelenskyy ha visitado de forma inesperada otras zonas del frente en momentos cruciales de la guerra, para apoyar a las tropas y felicitarlas por sus victorias.
Un video mostraba al presidente devolviendo el saludo a unos vecinos asomados a la ventana de un apartamento. “¡Gloria a Ucrania!”, dijeron, a lo que el grupo de Zelenskyy, formado por soldados y otras personas, respondió “¡Gloria a los héroes!”.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, rechazó hacer comentarios el lunes sobre la visita de Zelenskyy a Jersón, y dijo que “ustedes saben que es territorio de la Federación Rusa”.
Tras la retirada rusa, las autoridades ucranianas dicen haber encontrado pruebas de torturas y otras atrocidades.
En su video del domingo por la noche, Zelenskyy afirmó sin dar detalles que “los investigadores ya han documentado más de 400 crímenes de guerra, y se han encontrado cuerpos tanto de civiles como de personal militar”.
“En la región de Jersón, el ejército ruso dejó atrás las mismas atrocidades que en otras regiones de nuestro país”, afirmó. “Encontraremos y llevaremos ante la justicia a todos los asesinos. Sin duda”.
El final de los ocho meses de ocupación en la ciudad de Jersón ha desencadenado días de celebraciones, pero también ha dejado al descubierto una emergencia humanitaria. La población vive sin agua corriente ni electricidad y faltan comida y medicamentos. Rusia aún controla en torno al 70% de la región.
Los soldados rusos que se quedaron atrás cuando sus comandantes dejaron la ciudad la semana pasada están siendo detenidos, señaló el presidente. También habló sin dar más detalles sobre la “neutralización de saboteadores”.
La policía ucraniana ha pedido a la población que ayude a identificar a las personas que colaboraron con fuerzas rusas.
Zelenskyy instó a la gente en la zona liberada a estar atenta a bombas trampas. “Por favor, no olviden que la situación en la región de Jersón sigue siendo muy peligrosa. Antes de nada, hay minas. Por desgracia, uno de nuestros zapadores murió y otros cuatro resultaron heridos cuando retiraban minas”, explicó.
También prometió que se restablecerían los servicios básicos.
“Hacemos todo lo que podemos para restablecer la capacidad técnica normal de electricidad y agua tan pronto como sea posible”, aseguró. “Llevaremos de vuelta el transporte y el correo. Llevemos un (servicio) normal de ambulancias y salud. Por supuesto, la restauración de la labor de autoridades, la policía y algunas compañías privadas ya está comenzando”.
Los vecinos dijeron que las tropas rusas que se marchaban saquearon la ciudad la semana pasada. También destrozaron infraestructura clave antes de retirarse al otro lado del amplio río Dniéper, a su orilla oriental. Un funcionario ucraniano describió la situación en Jersón como “una catástrofe humanitaria”.
Devolver la electricidad es la prioridad y los suministros de gas ya están garantizados, señaló el gobernador regional, Yaroslav Yanushevych.
La pérdida de Jersón es un nuevo bochorno en el campo de batalla para el Kremlin y ocurrió unas seis semanas después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó que Jersón y otras tres provincias en el sur y el este de Ucrania fueran anexadas al territorio ruso, una acción que va en contra del derecho internacional.
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John Leicester, en Kiev, y Hanna Arhirhova, en Odesa, contribuyeron a este despacho.