Al menos 16 niños menores de cinco años han muerto en los tres últimos meses en los campamentos de desplazados internos de Jaiba y Lodha, en la provincia congoleña de Ituri, en el noreste del país, debido a las malas condiciones de vida y la falta de atención sanitaria, según ha denunciado la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
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La oficina de la OCHA en Ituri ha explicado que hasta seis de los menores fallecieron durante el mes de octubre debido a neumonías y anginas.
La mayoría de los refugios de los desplazados fueron destruidos durante los ataques de los grupos armados de abril de 2022, por lo que estaban a merced de las inclemencias meteorológicas y en consecuencia de las enfermedades respiratorias.
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La OCHA ha alertado de que se necesita refugio al menos para mil 570 familias que están en condiciones muy precarias, sin acceso además a atención médica alguna. Algunos recurren a la medicina tradicional con el riesgo de complicaciones que incluso provocan la muerte.
Además tampoco reciben alimentación. En Jaiba, por ejemplo, no reciben asistencia humanitaria desde abril de 2021, por lo que se han multiplicado los casos de desnutrición, especialmente entre los niños.