MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Algunos aerosoles antropogénicos retardan los efectos de los gases de efecto invernadero. Uno de esos químicos es el sulfato, que es más perjudicial por su papel clave en la lluvia ácida.
Un equipo de científicos dirigido por el profesor Yoshinori Iizuka del Instituto de Ciencias de Baja Temperatura de la Universidad de Hokkaido ha logrado reconstruir el tamaño de las partículas de los sulfatos depositados en los núcleos de hielo de Groenlandia, lo que permite una determinación precisa de su efecto sobre el calentamiento global. Sus hallazgos han sido publicados en el Journal of Geophysical Research: Atmospheres.
Hasta la introducción de la regulación en la década de 1970, la principal fuente antropogénica de aerosoles de sulfato era el dióxido de azufre de los combustibles fósiles. Si bien todavía se emite dióxido de azufre debido a diversas actividades antropogénicas, la cantidad es mucho menor en la actualidad.
Los sulfatos son los principales componentes de la lluvia ácida y de la contaminación que afecta negativamente a la salud humana. Sin embargo, se sabe que las partículas de sulfato tienen un efecto refrescante en la atmósfera, contrarrestando los efectos del dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. Sin embargo, debido a la falta de registros precisos, es difícil determinar el alcance de este efecto de enfriamiento.
El equipo de investigación investigó la deposición de partículas de aerosol de sulfato en núcleos de hielo de Groenlandia. Compararon muestras de 1973 a 1975 y de 2010 a 2012. Revelaron que los aerosoles de sulfato en 1973-1975 estaban dominados por sulfatos de partículas pequeñas (menores de 0,4 micras) en concentraciones tres veces más altas que las de 2010-2012.
Por el contrario, no hay una diferencia significativa en las concentraciones de sulfatos de partículas grandes entre los dos períodos. Los sulfatos de partículas pequeñas habrían tenido un mayor efecto de enfriamiento debido a su capacidad para dispersar más radiación que los sulfatos de partículas grandes. Además, las partículas de sulfato actúan como núcleos de condensación de nubes, lo que conduce a la formación de nubes que reflejan la radiación lejos de la tierra, enfriándola, según un comunicado de la universidad nipona.
Por lo tanto, el equipo ha demostrado que hubo una concentración mucho mayor de sulfatos de partículas pequeñas en la década de 1970 de lo que se suponía anteriormente, lo que indujo a contrarrestar significativamente los efectos del calentamiento global. Actualmente, el calentamiento global ya ha provocado un aumento de las emisiones de sulfatos biogénicos marinos. Estas emisiones deben tenerse en cuenta al modelar el cambio climático, para comprender sus efectos futuros.