El actor hispano-mexicano Daniel Giménez Cacho: "Hay mexicanos que son peores hoy que Hernán Cortés"
SAN SEBASTIÁN, 23 (del enviado especial de Europa Press, Eduardo Blanco)
El director Alejandro González Iñárritu, que trae a la sección 'Perlas' del Festival de San Sebastián su nueva película 'Bardo', ha asegurado que pedir que España pida perdón a México por la conquista le resulta "ridículo" y que se trata de un momento que es "parte de la Historia y la humanidad".
"Es un evento poderoso, tremendo, en el que, como trato de explicar en la película, cada uno tiene su punto de vista: el vencedor y el vencido", ha explicado en una entrevista con Europa Press el autor, al hilo de una escena de su largometraje en el que se produce un diálogo imaginario con la figura de Hernán Cortés.
"Y, para mí, ambos lados son interesantes y tienen sus puntos a defender: no hay un resultado final. Es quizás el encuentro más complejo de la humanidad y pedir perdón en este momento es algo absolutamente inútil", ha añadido el cineasta mexicano.
En esta misma línea se ha mostrado el actor hispano-mexicano Daniel Giménez-Cacho, quien da vida al alter ego de Iñárritu en su nuevo film. "No estoy de acuerdo en pedir perdón, y menos en la manera demagógica que lo pide nuestro presidente (López Obrador). Hay mexicanos que son peores hoy que Hernán Cortés y esa petición no tiene ningún sentido", ha afirmado.
"También podríamos darles las gracias a los españoles por toda la inteligencia que llegó exiliada de la Guerra Civil o por toda la literatura o miles de cosas. Esta manera de polarizar y decir, como de herida abierta constante y que no sana, no la comparto" ha lamentado el intérprete.
VIDA E INMIGRACIÓN MEXICANA
'Bardo', que lleva añadido al título la frase de 'o falsa crónica de unas cuantas verdades', es una "autoficción emocional" de la vida del propio director en la que se repasan varios momentos que podrían asociarse a su biografía --muerte de un hijo, premios...--, aunque también recorre otros temas sociales como el de la inmigración y la violencia en México, por ejemplo. La película está producida por Netflix.
"Esta crónica es falsa, pero hay una verdad, la emocional. Trato a través de un alter ego de hablar de lo que yo he experimentado, que no es una autobiografía, sino autoficción. No puedo decir que eso es lo que pasó y menos en una película, que parte entre la frontera de lo imaginario y lo real. Por eso es un poco irritante", ha comentado con humor.
El retrato que se desprende de México es el de país en crecimiento, pero también lastrado por situaciones endémicas como la violencia o la emigración. "Es una situación de incertidumbre total, pero es que el mundo entero está en una situación delicada. México tiene solidez principalmente por su gente, por su vitalidad y por su milenaria cultura", ha admitido.
VIDAS "LÍQUIDAS"
En cualquier caso, el director reconoce haber "tenido mucha suerte" en su vida y no ha sentido discriminación en ningún momento de su carrera por sus orígenes de "clase media baja". "Siempre he tenido libertad absoluta en todas mis películas, nadie me ha cortado una escena ni he sido víctima de un trato de control. Me siento un privilegiado, pero yo no soy la mayoría de los millones de inmigrantes mexicanos que tienen una realidad mucho más jodida", ha explicado.
Iñárritu ha avanzado que su cine irá ahora por caminos más asociados al "poder del subconsciente". "Creo que parte de nuestra vida nos la pasamos soñando y no hacemos caso de esa voz. Es algo más real y una realidad mucho más interesante que las estructuras mentales cronológicas y académicas: la vida para mí es mucho más cercana a lo líquido de 'Bardo'", ha concluido.