NUEVA YORK (AP) — Por supuesto, alguna tenista pasará a la historia como la última contrincante en la carrera estelar de Serena Williams.
Podría ser la montenegrina Danka Kovinic, de 27 años, que tiene el “honor” de enfrentar en la primera ronda del US Open a una jugadora a la que veía en la televisión cuando era niña. Otra podría ser la francesa Caroline Garcia si ella y Williams llegan a semifinales.
Será la primera vez que Kovinic y Williams se vean las caras y su partido está programado para las 7 de la noche del lunes en el Estadio Arthur Ashe, en la jornada inicial del torneo de Grand Slam que marcaría la despedida de la estadounidense, según sugirió ella misma.
“Es un privilegio compartir la cancha con Serena”, dijo Kovinic el viernes en una entrevista en Flushing Meadows. “Sólo espero que pueda mostrar mi buen juego. Quizá mi mejor juego”.
Durante años, ambas se habían cruzado en los pasillos de sus camerinos, pero Kovinic dijo que jamás se atrevió a pedir a Williams una sesión de entrenamiento juntas.
“Yo me decía ‘está bien, es Serena y yo Danka’”, dijo Kovinic, la número 80 del mundo, cuyos mejores resultados en torneos de Grand Slam han sido alcanzar la tercera ronda en el Abierto de Australia en enero y del Abierto de Francia en mayo.
En ambas ocasiones, Kovinic cayó ante monarcas de majors, la polaca Iga Swiatek en Melbourne y la rumana Simona Halep en París.
“Nunca sentí que pudiera acercarme a ella y pedírselo”, comentó sobre su entrenamiento con Williams.
Otros temas que son o serán de interés en las próximas dos semanas van desde las renovadas dudas de si tiene sentido para las mujeres utilizar pelotas ligeramente distintas a las de los hombres en Flushing Meadows —el único torneo de Grand Slam donde se hace— hasta la ausencia del serbio Novak Djokovic por no estar vacunado contra el COVID-19, el intento del español Rafael Nadal para conseguir su 23er título a pesar de su reciente recuperación de un desgarro en un músculo abdominal y el regreso de la británica Emma Raducanu al lugar donde sorprendió al convertirse de una jugadora que había disputado la fase de clasificación a una campeona del torneo de Grand Slam hace un año en Nueva York.
Y así sucesivamente.
Pero por el momento, y en especial el lunes, nada ni nadie importa más que Williams en cuanto al tenis.
“Serena es un ídolo. Si yo no fuera a jugar contra ella el lunes, no tendría toda esta atención. Estoy consciente de ello”, indicó Kovinich.
Otras jugadoras pueden imaginar lo que Kovinic siente en estas circunstancias. Tiene foja de 2-4 en el Abierto de Estados Unidos, 124 victorias menos en este escenario que Williams, dueña de 23 campeonatos de grand slam y que cumplirá 41 años el 26 de septiembre.
“Es difícil”, dijo la francesa Caroline Garcia, 17ma cabeza de serie que podría medirse con Williams si ambas alcanzan las semifinales. “Danka sabe que va a salir a la cancha con todos en contra. Cuando Serena jugaba antes, el ambiente era electrizante, no puedo imaginar lo que será ahora".
Garcia conquistó la semana pasada el torneo de Cincinnati, en el que Williams cayó 6-5, 6-0 ante Raducanu.
Kovinich jamás ha jugado en el Ashe. Ni siquiera le ha pegado a una pelota en este estadio con capacidad para 23.771 personas, el escenario más grande de un torneo de Grand Slam, aunque confiaba en tener la oportunidad de practicar ahí el fin de semana.