LONDRES (AP) — Un niño de 12 años que había estado en coma durante cuatro meses falleció el sábado en un hospital en Londres luego de que los médicos le desconectaron los equipos de soporte vital, concluyendo un tratamiento que fue el centro de una larga batalla en los tribunales.
La madre de Archie Battersbee, Hollie Dance, dijo que el niño murió a las 12:15 pm, unas dos horas después de que el hospital comenzó a retirarle el tratamiento. Las cortes británicas rechazaron el pedido de la familia de trasladar a Archie a un hospicio y la Corte Europea de Derechos Humanos se negó por segunda vez a intervenir en el caso.
“Él luchó hasta el final”, dijo Dance, sollozando en las afueras del hospital. “Soy la mamá más orgullosa del mundo”.
El cuidado de Archie se convirtió en el centro de semanas de debates legales, con los padres tratando de forzar al hospital a mantener el soporte vital y los médicos diciendo que no había posibilidades de que el niño se recuperara y que debería permitírsele fallecer.
La familia pidió permiso para trasladar a Archie a un hospicio luego de que las cortes fallaron que suspender el tratamiento era lo mejor para el menor. El hospital dijo que el estado de Archie era tan inestable que trasladarlo aceleraría su muerte.
El viernes, la jueza del tribunal supremo Lucy Thies rechazó el pedido de la familia, diciendo que Archie debería permanecer en el hospital mientras se le retiraba el tratamiento.
“Regreso al inicio. Reconozco el horror de lo que les aguarda a los padres y a la familia de Archie. Su amor incondicional y su dedicación a Archie es el hilo dorado que atraviesa todo este caso”, escribió la jueza en su fallo. “Espero que se le brinde a Archie la oportunidad de morir en circunstancias pacíficas, con la familia que él amaba tanto como evidentemente la familia lo ama a él”.
La disputa es la más reciente en Gran Bretaña en el cual el juicio de los médicos se opone a los deseos de la familia. Bajo la ley británica, las cortes suelen intervenir cuando padres y médicos disienten sobre el tratamiento recibido por un niño. En estos casos, lo que es más conveniente para el niño prima sobre el derecho de los padres de decidir qué es lo mejor para sus hijos.