BUENOS AIRES (AP) — Mientras una crisis económica cada vez más acuciante afecta a la mayoría de sus votantes y las disputas internas paralizan la administración del presidente Alberto Fernández, el partido peronista gobernante conmemoraba dividido este martes los 70 años del fallecimiento de Eva Perón, una de las figuras políticas más relevantes del siglo XX en Argentina.
La llamada “Abanderada de los humildes”, por la ayuda social que brindó a millones de argentinos empobrecidos durante la primera presidencia de su esposo y fundador del partido Justicialista, Juan Domingo Perón (1946-1955), fue vital para la construcción de uno de los movimientos políticos más trascendentes de América Latina.
Una década de militancia política, en una época en la que las mujeres estaban marginadas a tareas domésticas, hasta su temprana muerte a los 33 años en 1952 por un cáncer de útero le bastaron para que su figura trascendiera fronteras y se convirtiera en mito popular.
Este 70 aniversario de la muerte de Evita encuentra al peronismo gobernante con un respaldo popular en declive por las dificultades para enfrentar una crisis económica cada vez más acuciante, una inflación acelerada y una pobreza que afecta al 40% de la población. A ello se suma la disputa entre el presidente Alberto Fernández y su poderosa vicepresidenta y exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) por el rumbo económico.
Mientras Fernández compartió junto a su gabinete de ministros la reinauguración de un complejo hotelero en la ciudad balnearia de Mar Del Plata construido a fines de la década de 1940 para que familias de menores recursos vacacionen, la vicepresidenta no participará de actividades oficiales.
“Si alguien conoció los derechos de los que menos tienen esa fue Eva Perón”, recordó el presidente. “Dijo que había visto el valor de los más humildes y la miseria de los poderosos y por eso eligió el valor de los humildes”. El mandatario atribuyó parte de los problemas de la economía “a una puja distributiva” y apuntó contra los que “especulan con los precios, hacen faltar mercadería, promueven inflación, esperan que la Argentina se devalúe para vender lo que tienen, contra todos ellos luchó Evita”.
“Tenemos una primera obligación, con los que están más abajo. Primero los últimos, y voy a cumplir con ese mandato. Como ordenó Evita, como el señor Perón, primero los desposeídos, los que no tienen voz, los desamparados”.
La vicepresidenta sólo se manifestó en Twitter, donde publicó una imagen de una de las fachadas del Ministerio de Salud en la que hay una imagen de la emblemática mujer y la acompañó con un breve mensaje: “Eva Perón, una pasión argentina”.
Desentendidos de la pelea política, los “descamisados” --como Evita llamaba a los argentinos más pobres-- que todavía están con vida se acercaron al cementerio de la Recoleta de Buenos Aires para llevar flores a su tumba.
“Evita nos dio el voto, nos hizo reconocer como mujer (en referencia al sufragio femenino establecido en 1951). Mientras tenga salud seguiré viniendo siempre”, comentó Juana Marta Barros, una anciana de 81 años que recordó cuando de niña iba a la estación de ferrocarril de su natal provincia de Tucumán para esperar la llegada de Evita “en un tren abanderado”.
“Ella es todo... fueron los primeros juguetes, los primeros panes dulces, fueron los primeros delantales y sandalias...para mí es Santa Evita”, rememoró emocionada.
Más tarde estaba prevista una marcha de antorchas convocada por organizaciones sociales y sindicatos en el centro de la capital.