Ana Estrada pasa acostada en una cama más de 20 horas al día. La enfermedad que la mantiene en esta condición, pero consciente, se llama poliomiositis, una rara condición degenerativa e incurable. La Corte Suprema de Justicia ratificó su derecho a la eutanasia, aunque los magistrados no se pongan de acuerdo en el protocolo que se seguirá.
La enfermedad que padece Estrada es una inflamación generalizada de los músculos. Afecta a ambos lados del cuerpo y tiene como consecuencia la inhabilidad del paciente para, por ejemplo, levantarse de una silla después de sentarse. Levantarse por la mañana o peinarse puede convertirse en un suplicio, así como levantar un objeto.
“Hoy ha triunfado la justicia. Ha ganado la vida y el derecho a la autonomía y libertad. Toda conquista de un derecho nace a partir de una necesidad de un ciudadano/a de a pie, jamás de los gobernantes”, escribió Ana al conocer el fallo de la Corte Suprema. “Aún queda revisar la discordia parcial de votos. Se ha convocado a jueza dirimente para el 22 de julio. Pero hoy estamos celebrando que el juez Supremo Ruidías se adhirió a favor”, añadió.
Una enfermedad sin cura
De sus 45 años, Ana Estrada ha pasado 31 con poliomiositis. La enfermedad le fue diagnosticada a los 14 años, y aunque el tratamiento inicial le aliviaba algunos síntomas, el avance de la patología continuó. Pudo graduarse de psicóloga y ejercer su profesión, pero poco a poco el cuerpo se fue resintiendo mucho más.
La lucha de Ana Estrada por el derecho a una muerte digna se mantiene desde 2019, cuando solicitó a la Defensoría del Pueblo acompañamiento legal. Su enfermedad no tiene cura y es degenerativa, por lo que va minando su condición física cada día más.
Lo que se intenta establecer es el protocolo adecuado para la eutanasia. Todavía las autoridades judiciales y de salud no logran ponerse de acuerdo con respecto a la forma.