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La historia del anestesiólogo argentino que drogó a mujeres y cometió una serie de abusos

Las víctimas contaron detalles de las horribles experiencias que vivieron con el médico

A história do anestesista argentino preso por drogar mulheres e cometer uma série de abusos
La historia del anestesiólogo argentino que drogó a mujeres y cometió una serie de abusos Reproducción - TN

Tras la historia del anestesiólogo brasileño que salió a la luz esta semana después que un video le grabó abusando sexualmente de una mujer a quien se sometía a una cesárea, el mundo recordó a otro hecho que sucedió a la vez en Argentina, donde el médico Gerardo Billiris fue detenido y condenado por reiteradas agresiones a mujeres, incluyendo relatos de abuso sexual.

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Conocido por ser un excelente profesional y buena persona, Gerardo, que vivía en Palermo, Buenos Aires, tenía un lado oscuro, lo que al final reveló una serie de abusos y agresiones en contra de mujeres, además de obligarlas a consumir droga.

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Y aunque la historia del médico se conozca en muchos países, él ha vuelto a ser tema de debate después que una de sus víctimas, que logró escapar y le denunció a la policía, reveló detalles de su actual situación.

El día que casi muere la joven víctima

Recordamos que todo el relato que viene a continuación mantendrá preservada la identidad de las víctimas, bien sea por sus nombres o fotos.

En el 2017, en el periodo de verano, la joven, que en aquella época tendría tan solo 20 años, conoció a Gerardo a través de una aplicación de citas. Ella añadió que tras conocerlo él le hizo una oferta de trabajo.

Sin embargo, en una de sus citas con el hombre, la víctima dijo que le sorprendió preparando crack [droga] para consumo. “Lo he visto consumir. Me lo dio y luego lo probó. Solo lo probé una vez y me tapó la nariz y la boca para que no entrara el humo. Me sentí mareada, como borracha”, dijo.

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“De la nada, comenzó a golpearme y a gritar que quería matarme. Primero me escondí en el baño, luego salí al pasillo. Y de ahí en adelante, no recuerdo nada más. Creo que un vecino me ayudó. Si durara un poco más, me mataría”

Tras dicha situación, la mujer buscó a la policía, que recibió su denuncia y efectuó la detención de Gerardo. Sin embargo, lo que no se sabía hasta el momento es que esta denuncia sería la punta del iceberg para muchas más.

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“Tengo un diente partido”

Otra víctima de Billiris también compartió a la policía detalles de una de las situaciones de agresión a que fue sometida: “Lo peor fue cuando me rompió la boca, tengo un diente partido. Me golpeó con la mano y con objetos. Y en un lapso de tres meses, terminé en coma dos veces. Su curiosidad era anestesiarme”, dijo.

Sobre la mujer señalada en esta oportunidad y que mantuvo una relación con el doctor durante dos años, esta explicó que buscó a la policía para hacer su denuncia, pero “la policía nos dijo que, como no estaba muerta, el asunto no trascendería”.

En otro relato, una tercera mujer reveló que recibió una “invitación” para una entrevista de trabajo [en el departamento de Gerardo, parte de su modus operandi], pero al llegar él “me recibió en boxer”.

“Me salvé de milagro que no pasara nada. En el bar había un montón de drogas diferentes. Había bolsas de cocaína, cigarrillos de marihuana. Tenía botellas de licor blanco. Era mediodía. [...] Nunca le dije a mis padres. […] Cuando estaba en su casa, por suerte lo llamaron y tuvo que ir de urgencia a operarse”

La condena del médico

“En la primera condena, la Justicia Oral deja fuera la tentativa de feminicidio y absuelve por abuso sexual. Sólo más tarde se pudo ver el contexto mucho más amplio en el que se produjeron. Desde la Unidad Especializada, en conjunto con el Ministerio Público, el objetivo fue revertir los dos puntos que tenían que ver con la falta de perspectiva de género. Que la tentativa fue conceptualizada como femicidio y que el abuso sexual fue considerado como tal, situaciones no consentidas”, recordó Mariela Labozzetta, jefa de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra la Mujer (UFEM).

Por fin, Gerardo terminó condenado a 14 años de prisión, aunque trató de usar una estrategia en su juicio y presentar una apelación. “Siento arrepentimiento. Ella [la víctima] sabe que nunca quise lo que pasó. Quiero desterrar las drogas de mi vida. Quiero volver a ser la persona que era antes”, dijo el hombre momentos antes de escuchar su sentencia el 14 de marzo de 2019.

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