BEIJING (AP) — Macao, un centro asiático de los juegos de azar, cerrará todos sus casinos durante una semana a partir del lunes y confinará en gran parte a la gente a sus hogares en un intento de frenar un brote de COVID-19 que ha infectado a más de 1.400 personas en las últimas tres semanas.
Todos los negocios recibieron orden de cerrar salvo los supermercados y otros servicios esenciales. Los residentes debían quedarse en casa salvo para comprar comida o si trabajaban en un sector considerado esencial.
Macao, una región china semiautónoma como la cercana Hong Kong, enfrentaba su primer brote grande de la pandemia. La ciudad de 680.000 personas registró 93 casos nuevos el sábado, lo que elevó el total de este brote a 1.467.
La excolonia portuguesa ha seguido una versión de la estrategia “cero COVID” de China, ha confinado edificios con personas infectadas y ha realizado rondas masivas de pruebas para identificar y aislar a los contagiados.
Las autoridades advirtieron que la policía patrullaría las calles y los infractores enfrentarían sanciones, según reportes en medios de Macao. Cualquiera que saliera de casa debía llevar mascarilla, y los adultos debían utilizar una N95 o equivalente.
Las medidas anunciadas el sábado ampliaban las restricciones impuestas el 23 de junio. La orden anterior cerró las peluquerías, gimnasios, cines, bares, clubes nocturnos y otros recintos de ocio, y prohibió comer en restaurantes, que sólo podían servir comida para llevar o a domicilio.
La economía de Macao depende mucho de sus casinos y negocios relacionados, muy afectados por la pandemia. Los ingresos del juego se recuperaron parcialmente el año pasado, pero siguen muy por debajo de los niveles prepandemia.