LA HABANA (AP) — El presidente cubano Miguel Díaz-Canel recorrió en tres días más de media docena de centrales termoeléctricas cubanas, la base del sistema de producción de electricidad en la isla, en medio de apagones que tienen irritada a la población.
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Precisamente los cortes de luz --que se hacen dramáticos en el tórrido verano cubano-- fueron el catalizador de unas inusuales manifestaciones en julio del año pasado, cuando miles de personas protestaron en varios puntos de la nación caribeña con demandas mezcladas que iban desde falta de corriente, el desabastecimiento de alimentos y medicinas y la exigencia de cambios.
Según medios de prensa oficiales y las cuentas en redes sociales de la presidencia, el mandatario visitó el domingo las centrales termoeléctricas de Otto Perellada en La Habana --que estuvo cerrada por dos años y comenzará a producir luego de un mantenimiento-- y Máximo Gómez en la localidad de Mariel, a unos 50 kilómetros de la capital.
El sábado estuvo en la Ernesto Guevara de la Serna, ubicada en la localidad de Santa Cruz del Norte, en las cercanías de la capital y en la Antonio Guiteras, una de las dos más importantes en la provincia de Matanzas.
El viernes, Díaz-Canel se había trasladado hasta la punta oriental del país y visitó la Antonio Maceo en Santiago de Cuba, la 10 de Octubre al note de Camagüey y la Lidio Ramón Pérez --conocida como Felton y la más importante del país-- en Holguín.
En las siete centrales, el mandatario y varios de los máximos dirigentes cubanos se entrevistaron con directivos y operarios para ver la marcha de la reparación de averías y la conexión al sistema energético nacional de la electricidad producida.
“Hay un estado de malestar lógico en nuestra población”, dijo Díaz-Canel el jueves por la noche en una comparecencia especial en el horario estelar de la televisión nacional y en la cual reconoció la insatisfacción de los ciudadanos ante los apagones que pueden alcanzar horas.
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Según las explicaciones dadas por el mandatario los motivos de los cortes en el fluido son las roturas, los problemas de falta de mantenimiento debido a que el país no cuenta con el financiamiento requerido y las dificultades para adquirir combustible en el mercado internacional. Todo ello asociado a las sanciones de Estados Unidos impuestas a la isla para lograr la asfixia económica y el cambio de modelo político, indicó el gobernante.
Cuba tiene 13 centrales productoras, de las cuales ocho son las tradicionales termoeléctricas a las que se agregaron cinco modernas plantas flotantes alquiladas a Turquía desde 2019 con el objetivo de que no se agrave aún más la situación.
La mitad de la generación eléctrica corresponde a las grandes termoeléctricas en tierra, a las que se suman pequeños equipos alimentados con combustóleo importado, y sólo el 6% se consigue mediante energías renovables.
Funcionarios insistieron en que no se trata de un problema de capacidad instalada, pues esta es de unos 6.500 megavatios y la demanda máxima registrada está sobre los 3.500 megavatios, sino que las fallas, las descomposturas inesperadas de los bloques y las carencias de financiamiento ponen al sistema en crisis.
Según la estatal Unión Eléctrica, en un año se reportaron unas 300 fallas y averías en las grandes centrales, las que obligan a paros en la producción y la afectación a la población.
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Andrea Rodríguez está en Twitter: www.twitter.com/ARodriguezAP
