HOUSTON (AP) — Los miembros de una comisión de la Cámara de Representantes de Texas presionaron el martes a un fiscal para que utilice su autoridad para detener la ejecución de una mujer latina cuya condena está siendo cuestionada en medio de crecientes dudas sobre si mató a golpes a su hija de 2 años.
Pero durante la audiencia, el fiscal de distrito del condado Cameron Luis Saenz se resistió en un principio a las peticiones de los legisladores para que solicitara a un juez que revocara la sentencia de muerte de Melissa Lucio, insinuando primero que no tenía el poder para hacerlo, y luego diciendo que no había ninguna razón legal para que actuara, ya que varias cortes de apelación todavía están considerando las peticiones en su caso.
Después declaró su convicción de que la ejecución se detendría.
“Creo que (la Corte de Apelaciones Penales de Texas) emitirá una suspensión y esa es la forma en que funciona el sistema”, declaró Saenz.
En la reunión realizada en Austin, los legisladores del Comité de Estudio Interino sobre la Reforma de la Justicia Penal expresaron su frustración por el hecho de que Saenz no haya ” presionado el botón de pausa” por sí mismo.
“Lavarse las manos para tomar esta decisión usted mismo para mí es muy sorprendente”, dijo el representante estatal Jeff Leach, el presidente de la comisión.
Saenz respondió que no estaba de acuerdo con las afirmaciones de los abogados de Lucio de que había nuevas pruebas que la exonerarían.
“No me estoy lavando las manos. Me estoy ocupando de ello y hay que tomar decisiones difíciles. Ustedes no están de acuerdo conmigo, pero eso no significa que me esté lavando las manos”, dijo Saenz.
Más tarde, Saenz manifestó que si una corte de apelaciones no tomaba medidas para detener la ejecución de Lucio, él mismo trabajaría para retrasarla, de modo que se pudieran revisar las diversas demandas legales que están pendientes en el caso.
El representante estatal Joe Moody dijo que creía que si hay errores en un caso, “es el deber y la responsabilidad moral de un fiscal corregir esos errores”.
Pero Sáenz discrepó y dijo que los tribunales “se encargan de los errores, no yo».
La audiencia del martes fue dirigida por Leach y Moody, que forman parte de un grupo bipartidista de más de 80 miembros de la cámara baja de Texas preocupados por el caso de Lucio y que creen que las nuevas pruebas demuestran que no golpeó mortalmente a su hija Mariah en 2007 en la ciudad de Harlingen, en el sur de Texas.