BUENOS AIRES (AP) — Brasil y Argentina arrasaron en la clasificación para el Mundial de Qatar. Ni la pandemia ni la ausencia de los astros Lionel Messi y Neymar en algunos partidos les restaron fuerza para imponerse sobre el resto durante casi dos años.
Ambos invictos y Brasil con cosecha récord de puntos, ¿peligra el domino de Europa en mundiales después de 20 años?
Difícil anticipar una respuesta. Los dos gigantes del fútbol sudamericano llevan más de dos años sin medirse ante rivales del Viejo Continente. Brasil, último seleccionado no europeo que ganó el Mundial en 2002, le ganó 3-1 a República Checa en marzo de 2019, mientras que la Albiceleste registró un empate 2-2 contra Alemania en octubre de ese mismo año.
El único parámetro certero de su poderío en el ciclo entre mundiales fueron las eliminatorias y dos ediciones de la Copa América.
Los dirigidos por Tite le ganaron a Bolivia en La Paz por primera vez en 37 años y llegaron a 45 puntos en la eliminatoria, para quebrar la marca de 43 impuesta por Argentina en el umbral de la Copa del Mundo de 2002.
“Tratamos de hacer el mejor trabajo posible, buscamos consolidarnos. Este sentimiento emergente que tengo ahora es de paz”, reflexionó el técnico de Brasil tras el triunfo. Tité valoró en especial que la estructura no se alteró pese al cambio permanente de nombres. Ante Bolivia no jugaron Neymar ni Vinícius Júnior, ambos suspendidos.
Mientras transcurrieron las eliminatorias, la Canarinha fue campeón continental de selecciones en 2019 y subcampeón de Argentina en 2021.
Con el empate de Argentina 1-1 ante Ecuador, el técnico Lionel Scaloni igualó el invicto de 31 partidos que la selección dirigida por Alfio Basile enhebró entre 1991 y 1993.
“Las eliminatorias sudamericanas son tremendamente difíciles y este equipo se adaptó a todo”, destacó el entrenador argentino. “Ir al mundial sea como sea siempre es positivo. Nosotros preferimos llegar como lo hicimos”.
El punto de quiebre para Argentina fue la conquista de la Copa América en 2021, con el que rompió un maleficio de 28 años sin títulos. A partir de allí el equipo pulió un estilo de juego y el todo se convirtió en más que Messi.
Una mirada menos complaciente apuntaría a la débil competencia que le plantearon el resto de los seleccionados sudamericanos.
Uruguay, que finalizó tercero con 28 puntos, penó en las eliminatorias hasta que el miedo a quedarse afuera del Mundial fue más fuerte que el lazo afectivo con Óscar Tabárez, el septuagenario entrenador que había estado al frente durante 15 años. Diego Alonso asumió en enero y comandó una racha de cuatro victorias para obtener la clasificación directa.
“Vivimos momentos complejos con la destitución del ‘Maestro’ (por Tabárez), porque decían que algunos jugadores molestaban, que no estaban para el nivel, pero mostramos rebeldía”, destacó Luis Suárez, quien anotó uno de los goles de la victoria 2-0 sobre Chile que le permitieron convertirse en el máximo artillero en la historia de las eliminatorias con 29 tantos, uno más que Messi. “Uno puede estar bien o mal, pero la entrega por la camiseta tiene que estar”.
Dirigido por el técnico argentino Gustavo Alfaro, Ecuador quedó en el cuarto puesto con 26 puntos. Jugará su cuarto mundial desde 2002.
Aunque tomó las riendas del equipo a poco del inicio de las eliminatorias por la intempestiva renuncia de Jordi Cruyff antes de debutar, Alfaro apostó por una nueva generación de futbolistas y fue probablemente el seleccionado más regular de la eliminatoria después de Argentina y Brasil.
“El desafío era una pared negra donde ellos tenían que colgar su cuadro en la historia. Para ello tenían que creer», dijo Alfaro al elogiar a sus jugadores tras empatar con los argentinos. “Ellos creyeron desde el primer día, se encolumnaron, fueron pacientes, fueron perseverantes, pero fueron cazadores de utopías imposibles porque nadie creía en Ecuador y hoy Ecuador está de pie”.
Bajo el mando del argentino Ricardo Gareca, Perú (24 puntos) conquistó por segunda vez consecutiva el derecho a disputar la repesca intercontinental. Se jugará el pase a Qatar en junio próximo contra el ganador de Australia y los Emiratos Árabes Unidos.
Al igual que en las eliminatorias de Rusia, los peruanos remontaron en la etapa final de la competencia con un estratega que nunca pierde la calma en momentos límites como la confusa jugada de supuesto gol no convalidado en la derrota 1-0 ante Uruguay días atrás.
“La clave fue el repunte que tuvimos durante la eliminatoria, desde la mitad hacia adelante”, afirmó el “Tigre” Gareca. “Ahora es saber el rival, vamos a estar pendiente de quién nos toca. Creo que vamos a tener el tiempo suficiente, aunque será un rival difícil”.
Colombia (23) y Chile (19) por apellidos tienen poco que envidiarle al resto. Pero verán el Mundial por televisión, entre otras razones por los cambios de entrenadores con el proceso en marcha, las lesiones y el COVID-19.
“Hay que asumir la responsabilidad, hemos perdido demasiados puntos en casa”, reconoció James Rodríguez, autor del tanto de penal para el triunfo 1-0 ante Venezuela.
Chile dejó pasar tal vez la última posibilidad mundialista para un grupo de jugadores que llevó al fútbol chileno a triunfos que no conocía: ganar dos veces la Copa América y un segundo lugar en una Copa Confederaciones.
La “Generación Dorada” conformada por Arturo Vidal, Gary Medel, Alexis Sánchez, Charles Aránguiz y Claudio Bravo volvió a tropezar por segunda eliminatoria consecutiva.
“Nos faltó rigor jugando de local”, reconoció su entrenador, el uruguayo Martín Lasarte tras la derrota 2-0 en casa ante Uruguay. El contrato del técnico concluye y es poco probable que lo renueven.
Paraguay (16), un rival que históricamente ha sido un escollo para las potencias del continente, padece por una renovación generacional que no termina de consolidarse, mientras que Bolivia (15) y Venezuela (10) no pudieron torcer un destino ya escrito como las selecciones más débiles de Sudamérica.