El mundo es testigo actualmente del triste y preocupante momento que se está viviendo, en especial en Kiev, Kharkiv, Jarkov y Odessa, todas ciudades europeas de Ucrania.
Varios días previos de alta tensión hizo su explosión este jueves 24 de febrero, cuando alrededor de las 5 de la mañana (hora local) el presidente de Rusia, Vladimir Putin, oficializó el inicio de varias acciones militares en territorio ucraniano.
Ante el inminente conflicto político y militar, son varios los medios de comunicaciones de todo el mundo en enviar a la “zona cero” sus equipos periodísticos para informar de cerca los lamentables episodios.
Entre ellos, CNN Internacional, tiene en la ciudad de Kiev al periodista británico, Mattew Chance, corresponsal destacado por cubrir varios conflictos internacionales como por ejemplo en Rusia, Afganistán y Chechenia.
La cadena internacional CBS también tiene instalada en la capital de Ucrania a su equipo de trabajo, comandado por el experimentado periodista, Charlie D’agata, estadounidense de nacimiento que radica como corresponsal principalmente en Inglaterra, aunque esta vez le tocó trasladarse a la zona de guerra.
Ambos periodistas y sus equipos de trabajo fueron los principales testigos de los primeros bombardeos por parte del gobierno de Rusia en contra de Ucrania. Los aterradores momentos sucedieron mientras que ellos informaban sobre lo dicho recientemente por el presidente Putin.
En los videos se puede apreciar el sonido de las bombas cuando empiezan a detonarse en la ciudad de Kiev, sucesos que ocurrieron exactamente a sus espaldas de las transmisiones televisivas.
Para suerte de los equipos periodísticos, aunque lo sucedido fue en la misma ciudad, éstos se encontraron alejados del lugar del estallido, sin embargo, al estar en la capital de Ucrania (centro del conflicto), los porcentajes de riesgos para todos es al más alto nivel.
En menos de 24 horas, el gobierno de Ucrania informó que al menos 100 soldados han perdido la vida y antes las amenazas de respuestas de gobiernos como Estados Unidos, Inglaterra y Francia, es seguro y muy lamentable que las cifras de fallecidos alcancen la cifra de miles de personas, entre ellos, la de muchos civiles.