Líder libio dice que su sustitución podría derivar en guerra

EL CAIRO (AP) — El asediado primer ministro de Libia advirtió que el nombramiento de un nuevo gobierno interino podría desatar una guerra y el caos en una nación mediterránea sumida en la inestabilidad desde hace una década.

En un discurso a la nación en la noche del lunes, el primer ministro, Abdul Hamdi Dbeibah, reiteró su insistencia en que solo entregará el poder a un gobierno electo y presentó un plan probablemente poco realista para celebrar unos comicios en junio.

Dbeibah calificó cualquier plan para nombrar un gobierno interino de “imprudente» y una “farsa” que podría conducir a más guerras. El mandatario se refería a los esfuerzos de la Cámara de Representantes para ratificar a un nuevo ejecutivo presidido por el primer ministro designado, Fathi Bashaga.

“No aceptaré de ninguna forma que se entregue (el poder) al caos», apuntó. Las elecciones “son la única solución”.

El parlamento, que está en el este del país, nombró a principios de mes a Bashaga, un poderoso exministro de Interior de la ciudad occidental de Misrata, para formar un nuevo gobierno interino. Debe presentar su gabinete a la cámara esta semana. La designación de Bashagha formaba parte de una hoja de ruta que establecía la celebración de elecciones en los próximos de 14 meses.

En su discurso de ocho páginas, Dbeibah mencionó la palabra “guerra” o “guerras” ocho veces, y describió la medida parlamentaria como una “maniobra fallida” que desencadenaría la “guerra y el caos”.

Además, dijo que inició negociaciones con sus rivales para evitar el estancamiento actual, pero que sus esfuerzos fracasaron, y acusó a uno de sus rivales, el comandante Khalifa Hifter, de avivar el “caos político” en el país.

Hifter, quien encabezó una ofensiva frustrada para tomar la capital, Trípoli, en 2019 de milicias contrarias, no realizó comentarios de inmediato.

Dbeibah, quien como Bashaga procede de la ciudad de Misrata, propuso un plan de cuatro puntos para celebrar una votación parlamentaria y un referéndum sobre enmiendas constitucionales simultáneos a finales de junio, a lo que seguiría unos comicios presidenciales luego de que el nuevo parlamento elabore una Constitución permanente. No ofreció una fecha para esa última votación.

Las elecciones presidenciales estaban previstas originalmente para el 24 de diciembre, pero se demoraron por las discrepancias entre facciones rivales sobre las normas que rigen la votación y los polémicos aspirantes al cargo. Los legisladores alegan que el mandato de Dbeibah terminó el 24 de diciembre.

En un intento de convencer a una población cansada de guerra y caos, Dbeibah apeló a lo que llamó “un verdadero movimiento nacional” para presionar para unos comicios.

Libia no ha podido celebrar elecciones desde una disputada votación legislativa de 2014, que hizo que la nación se dividiese durante años en dos gobiernos rivales, cada uno de ellos respaldado por milicias armadas y países extranjeros.

El país del norte de África, rico en petróleo, quedó devastado por los conflictos desde que un levantamiento popular respaldado por la OTAN derrocó y asesinó al dictador Moammar Gadhafi en 2011.

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