El único cardenal encausado en un escándalo por corrupción en el Vaticano entabló una queja formal a la corte afirmando que la fiscalía del papa ofendió su dignidad al sugerir que estaba teniendo relaciones sexuales con una coacusada.
El cardenal Angelo Becciu, otrora funcionario de alto rango en la Secretaría de Estado del Vaticano, es el único acusado que ha asistido a todas las audiencias judiciales. Pero Becciu se quedó en casa el martes y le escribió una carta al tribunal afirmando que no quería estar presente cuando sus abogados objeten a la presentación de un interrogatorio hecho por fiscales en 2020 sobre su relación con la coacusada Cecilia Marogna.
Es la más reciente objeción hecha contra la conducta de los fiscales del papa durante su investigación iniciada en 2019 sobre una inversión de 350 millones de dólares en un acuerdo de bienes raíces en Londres.
La pesquisa ha crecido y ahora incluye donaciones de dinero del Vaticano, hechas por Becciu, a una organización caritativa administrada por su hermano y el uso de dinero del Vaticano para pagarle a Marogna, a quien Becciu contrató como consultora en temas de seguridad a fin de negociar la liberación de misioneros católicos tomados como rehenes en África.
Tanto Becciu como Marogna han negado haber cometido ilegalidad alguna o haber tenido relaciones inapropiadas.
El presidente del tribunal del Vaticano desechó los casos contra otros cuatro sospechosos debido a errores de procedimiento, aunque el martes los cuatro fue reencausados.
El tribunal también repetidamente ha ordenado a la fiscalía a entregar toda la evidencia luego que los abogados defensores se quejaron de que sin ella no podían defender a sus clientes apropiadamente. Seis meses después de iniciado el juicio, la fiscalía todavía no ha entregado toda la evidencia. Ha entregado solo versiones editadas de videos de interrogatorios y apenas una pequeña fracción de los emails, mensajes de texto y otros documentos que confiscaron.
El martes, el presidente del tribunal Giuseppe Pignatone le dio a la fiscalía otro plazo, hasta el lunes, para entregar copias forenses a la defensa, luego que los abogados de Becciu dijeron haber recibido solo 16 de 255 piezas de evidencia.
Los abogados de Becciu también expresaron una objeción contra la conducta de los fiscales durante el interrogatorio, en noviembre del 2020, del que era su principal sospechoso y ahora es su testigo estrella, el monseñor Alberto Perlasca, veterano asesor de Becciu. Durante la sesión, el fiscal Alessandro Diddi interrogó a Perlasca sobre si Becciu estaba teniendo relaciones íntimas con Marogna.
Según la transcripción, Perlasca negó que haya ocurrido ninguna relación inapropiada. Pero Diddi perseveró, señalando que un cómico italiano una vez hizo un acto sugiriendo que Marogna era amante de Becciu, y preguntando que, si realmente era una falsedad, por qué no presentó una demanda.