El colapso de los Cardinals de Arizona generará sin duda pedidos de explicaciones y preguntas difíciles en los días, semanas y meses por venir.
Una de las interrogantes más obvias y complicadas es la siguiente: ¿Va a funcionar o no el “matrimonio” entre Kliff Kingsburry y Kyler Murray?
La idea de que la continuidad de Kingsburry pudiera estar en riesgo o de que Murray no es el quarterback adecuado para el equipo a futuro habría parecido absurda hace un par de meses, cuando los Cards dominaban a sus rivales con una foja de 10-2 hasta el 5 de diciembre.
Luego, el equipo se cayó. Perdió cuatro de sus últimos cinco partidos de la campaña regular. Y el lunes por la noche, fue humillado 34-11 por los Rams de Los Ángeles en el duelo de comodines.
“Perder es una cosa, pero cuando no compites siquiera es otra”, reconoció Murray.
Kingsbury fue contratado en 2018 como el entrenador que ayudaría a la maduración de Murray, la primera selección general del draft de 2019.
Ambos compartieron buenos momentos juntos. El partido del lunes no fue uno de ellos.
Nada de lo que Kingsbury dispuso pareció funcionar, y Murray dio uno de sus peores partidos como profesional, al completar 19 de 34 pases para 137 yardas, sin anotaciones y con dos envíos interceptados.
J.J. Watt, el defensive end de los Cardinals, consideró que el final de la campaña fue un “fracaso colosal”. Y Murray coincidió.
En cuanto a Kingsbury, se mostró más mesurado, pero básicamente reflejó el mismo sentimiento.
“Tenemos que ser mejores”, comentó el martes. “En esta liga, lo importante es cerrar fuerte y tomar más impulso en los playoffs. Desafortunadamente no logramos eso”.
Es verdad que los Cardinals mostraron algunos progresos al avanzar a los playoffs por primera vez desde 2015. Sin embargo, también es cierto que la franquicia pareció habitualmente abrumada cuando llegaron los partidos más importantes, en diciembre y enero.
Se trata de la segunda campaña consecutiva en que Arizona ha ido de más a menos. Los Cards perdieron sus últimos dos duelos de la temporada de 2020 para terminar en 8-8 y quedarse fuera de los playoffs.
Ciertamente, Arizona enfrentó algunos problemas en la campaña. DeAndre Hopkins, receptor tres veces elegido al Pro Bowl, se lastimó y se perdió prácticamente toda la segunda mitad de la campaña.
El corredor James Conner debió lidiar también con dolencias durante el último mes.
Pero prácticamente todos los equipos de la NFL sufren problemas similares durante una campaña larga y llena de jugadas rudas.