TOKIO (AP) — El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, anunció el domingo que Tokio alcanzó un “acuerdo básico” con Washington para prohibir que los soldados estadounidenses salgan de sus bases ante las creciente preocupación por el fuerte repunte de los casos de coronavirus.
Según Kishida, los soldados se quedarán en sus bases “salvo cuando sea absolutamente necesario», lo que presumiblemente significa para emergencias u otros motivos de seguridad. Las dos partes siguen trabajando en los detalles del acuerdo, agregó en declaraciones a Fuji TV. Los términos generales de alianza de seguridad entre los países se mantienen sin cambios.
Los nuevos casos diarios de COVID-19 se han incrementado recientemente en los que expertos médicos llaman “la sexta ola”. El sábado se reportaron más de 8.000 infecciones diarias, el peor dato en cuatro meses. El repunte se ha achacado al ejército estadounidenses porque los brotes son más pronunciados cerca de sus bases. La semana pasada, Tokio solicitó la cooperación de Washington para mantener al personal militar en sus bases.
Un portavoz de las fuerzas estadounidenses en Japón no estuvo disponible de inmediato para comentar las últimas declaraciones de Kishida. Pero el mayor Thomas R. Barger había dicho antes que se estaba siguiendo de cerca la tendencia del COVID-19 entre las filas para la «protección de la salud y la preparación operacional” en Japón.
Okinawa, un grupo de islas en el suroeste del país donde están la mayoría de los 55.000 efectivos estadounidenses en el país, es una de las tres prefecturas donde el domingo entraron en vigor las nuevas restricciones para frenar la propagación de los contagios.
Las restricciones, que se mantendrán hasta finales de mes, obligan a los restaurantes a cerrar antes, a las 20:00 o 21:00 horas, y algunos deberán dejar de servir alcohol.
Las otras dos regiones afectadas son Yamaguchi, donde está la base de Iwakuni, y la cercana Hiroshima.
Japón nunca ha decretado un confinamiento, pero ha pasado por periodos con distintos niveles de restricciones que incluyeron el cierre de escuelas y cancelaciones de eventos, entre otras medidas.
Alrededor del 80% de la población japonesa tiene las dos dosis de la vacuna contra el COVID-19, pero menos del 1% ha recibido la de refuerzo a pesar de las repetidas promesas del gobierno para acelerar la campaña. Japón ha establecido estrictos controles fronterizos, prohibiendo la entrada al país a la mayoría de viajeros, excepto ciudadanos y residentes retornados.
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Yuri Kageyama está en Twitter en https://twitter.com/yurikageyama