Las autoridades de Australia llevan adelante un plan especial para controlar la creciente población de animales no autóctonos que afectan los distintos ecosistemas de la nación continente. Dentro de este proyecto están los caballos asilvestrados.
El plan determina sacrificar a más de 10.000 equinos que viven el Parque Nacional de Kosciuszko, en Nueva Gales del Sur.
Investigaciones definieron que al interior del parque hay 14.380 caballos salvajes. Los expertos aseguran que los grandes herbívoros dañan el ecosistema y se reproducen rápidamente, lo que agrava la situación.
No es suficiente
Pero el plan de las autoridades es cuestionado por los expertos, pues consideran que dejar más de 3.000 caballos salvajes en el parque no detendría el daño que causan a la flora y fauna autóctona.
Según publica la Deutsche Welle, la Academia Australiana de Ciencias advirtió en una carta pública que el Parque Kosciuszko “no puede empezar a recuperarse de la sequía, los incendios forestales extensos y el sobrepastoreo si, como se propone actualmente, permanecen 3.000 caballos asilvestrados”.
El plan del gobierno señala como mecanismo de sacrificio de estos caballos una combinación de disparos, redadas y reubicaciones.