Descubren nueva mantis religiosa en Perú | Mongabay Latam

El primer ejemplar de Carrikerella simpira se recolectó hace 20 años. Llegó desde Tingo María, en la selva peruana, hasta el Museo de Entomología Klaus Raven Büller de la Universidad Nacional Agraria La Molina.

En ese momento, Julio Rivera escribía su tesis de licenciatura en biología y le llamó la atención esta peculiar especie de mantis religiosa que había llegado a la universidad. Su investigación era justamente sobre esa orden de insectos, pero con un solo ejemplar no era posible conocer más de esta especie que en ese momento ni siquiera estaba catalogada o tenía un nombre.

‘Desde el pregrado me interesó estudiar a las mantis, insectos a los que nadie en Perú había estudiado’, dice Rivera, quien ahora es director de la Unidad de Investigación en Entomología y Medio Ambiente de la Universidad San Ignacio de Loyola.

Dos décadas después de ese primer encuentro y luego de analizar por lo menos diez individuos de esta singular mantis, el científico Rivera determinó que se trata de una nueva especie para la ciencia, pero también descubrió que la Carrikerella simpira utiliza una forma de cazar a sus presas que hasta ahora era desconocida en los insectos.

La investigación Una nueva especie de mantis religiosa de Perú revela el empalamiento como una nueva estrategia de caza en los Mantodea recoge los hallazgos de Rivera y Yony Callohuari, coautor de esta investigación publicada recientemente en la revista científica Neotropical Entomology.

Preparadas para cazar

Cuando en el 2017 Rivera recibió tres ejemplares de esta especie de mantis religiosa, preparó un ambiente artificial similar a su hábitat dentro del laboratorio para estudiarlas detalladamente.

Durante sus observaciones descubrió que el insecto utilizaba una estrategia de caza nunca antes documentada: atravesar a sus presas con un espolón que tiene en sus patas. ‘Hasta ese momento no se había determinado el porqué de la inusual anatomía de sus patas y gracias a estas observaciones se pudo conocer que esta especie de mantis empalaba a sus presas’, explica el científico.

Para entender los movimientos durante la captura de sus presas, los científicos realizaron grabaciones en video. Así observaron con detalle cómo funcionan sus patas —formadas por un fémur y tibias— en esta especie de mantis.

Por lo general, las tibias de las mantis tienen espinas, pero en esta especie en particular estas se disponen a manera de tridentes. Estas espinas mostraban una variación particular, con aserraciones minúsculas como si se tratase de anzuelos o arpones, efectivas para atrapar determinadas presas.

‘Estas pequeñas sierras que vi hace 20 años no eran mencionadas en la literatura que hasta ahora se había escrito sobre estas mantis. Por eso siempre me preguntaba para qué servían. Ahora sabemos que las espinas de la tibia funcionan a manera de un arpón que la Carrikerella simpira utiliza para matar a sus presas’, dice Rivera.

Antes de este descubrimiento, solo se sabía que la estrategia de caza para todas las mantis era la captura de la presa por aprisionamiento entre la tibia y el fémur, que funcionan como un cascanuez.

Pese a sus características depredadoras, las mantis religiosas son considerados insectos carismáticos. ‘Observarlas es hipnotizante, ver cómo cazan, cómo se mueven y cómo se camuflan. A mí me capturaron completamente’, comenta el taxónomo.

Una mantis religiosa en tres dimensiones

En uno de sus viajes de investigación a Tingo María, el agrónomo y entomólogo Yony Callohuari, encontró una Carrikerella simpira y fue a través de este hallazgo que se contactó con Rivera. Así surgió la propuesta de desarrollar modelos en 3D de esta especie para que se pueda comprender de una manera más didáctica cómo funcionan las patas de esta especie.

‘Es la mejor forma de estudiar la morfología de los insectos y ayuda a los estudiantes e investigadores a entender lo que no es evidente. El uso de la tecnología 3D permite ver en grande’, explica Callohuari, investigador del Museo de Entomología Klaus Raven Büller de la Universidad Nacional Agraria La Molina y becario doctoral en el departamento del Crop Sciences de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.

El científico comenta que el uso de los modelos en 3D en su trabajo surgió como una alternativa a las ilustraciones de insectos en los libros, pues estas imágenes no siempre permitían conocer al detalle cada segmento ni la funcionalidad del cuerpo de los insectos.

La propuesta de crear estos modelos en 3D para la Carrikerella simpira se concretó como un elemento adicional a la publicación, de tal forma que quien acceda al documento académico tiene la posibilidad de contar con archivos del modelo de las patas de esta mantis religiosa e imprimirlos en tres dimensiones.

Mientras avanzaba la investigación, Rivera y Callohuari buscaban un nombre para la nueva especie. La búsqueda los llevó a indagar sobre mitos, costumbres y otros detalles de la zona donde fue encontrado el insecto. Así Callohuari encontró que en la mitología amazónica existía el simpira, un jaguar negro con cuernos de taruka o venado y una pata delantera en forma de tirabuzón con la que captura a sus presas.

‘Cuando encontré esta criatura mitológica pensé que era el nombre indicado por algunas de las similitudes que había con la mantis de Tingo María’, comenta el científico Callohuari.

Según la investigación, el 20 % de la fauna mundial de mantis religiosa —que comprende alrededor de 2500 especies— se encuentra en la región neotropical. Solo en Perú, según la lista oficial elaborada por Rivera, se cuentan 70 especies distintas. ‘El grupo de organismos más diverso en Perú son los insectos y se debería incentivar su investigación’, agrega Rivera, quien es experto en clasificación sistemática de mantis religiosas del continente americano.

El investigador de la Universidad San Ignacio de Loyola explica que muchos insectos y mantis son analizados para conocer el funcionamiento de sistemas neuronales integrados que se utilizan para desarrollar tecnología, principalmente en robótica. No obstante, la investigación de estas especies es aún muy limitada y son muy pocos los científicos en el mundo dedicados a analizar estos enigmáticos insectos.

Fuente Mongabay Latam

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