Por Mauricio Niño
Mañana se celebra el 485 aniversario de la fundación española de Lima, la Ciudad de los Reyes. Por este motivo, la Municipalidad de Lima ha preparado una serie de actividades culturales. Sin embargo, cabe aquí preguntar si los limeños somos conscientes de esta fecha importante. ¿Por qué deberíamos estar orgullosos de pertenecer a esta ciudad?
Coincidiendo con la mayoría de limeños, el experto afirma que el principal problema de la ciudad es su caótico transporte. Así, lamenta que en las últimas décadas se haya priorizado al automóvil antes que a los peatones.
A lo largo de los años, la concepción de la ciudad ha cambiado en la mente de los limeños. Con todos los problemas que enfrentamos, estamos aprendiendo a convivir mejor.
‘Hemos avanzado en el respeto al espacio público. Hace 30 años, las personas de diversos distritos de la capital pensaban que el parque de su barrio era ‘su’ parque en términos de propiedad y no era posible que gente de otros distritos disfrute de él. Eso ahora es mucho menos aceptado. El espacio público es para todos los habitantes’.
Este respeto al espacio público también se extiende a las conductas que todos debemos tener en él. Poco a poco, entendemos que debemos respetarnos.
‘Hay una mayor conciencia de que hay conductas que no se pueden tolerar en el espacio público, como el racismo y la discriminación, ya sea por etnia o género. Son temas en agenda contra los que estamos luchando’.
Por ejemplo, el respeto a la diversidad sexual en Lima ha tenido un gran avance en las últimas décadas. ‘Hace 20 años eso no era posible. Había persecución contra la diversidad sexual en espacios públicos. Ahora esa discriminación es un delito, esto es algo que debemos resaltar como avance’.
De otro lado, Cosamalón considera que poco a poco, estamos aceptanto nuestra identidad como una ciudad de migrantes. Desde su fundación, Lima acogió la llegada de africanos, europeos y peruanos del interior. Por eso el concepto de limeño está en constante construcción. ‘También debemos dejar esa locura de rechazar la presencia española en el Perú y minimizar la fundación de Lima. Nadie puede defender la violencia que trajeron los conquistadores. Pero no podemos reescribir la historia. No es cuestión de ensalzarlos, pero tenemos una cultura de origen hispano. Debemos reconciliarnos con esa historia’.
Parte del cambio también se debe a la situación económica de Lima, la cual ha venido mejorando.
‘En los últimos 50 años hemos pasado demasiadas crisis. Durante muchas décadas, los limeños tenían como principal objetivo sobrevivir y sostener a sus familias. Eso sigue siendo una preocupación, pero es menos grave que, por ejemplo, en los 80. Es probable que en el futuro vayamos solucionando nuestros problemas y los más jóvenes empiecen a exigir una ciudad con mejor calidad de vida, mejor planificada y más ordenada’.
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