POR ZOË MASSEYFotógrafa@ZoePix
Una mujer golpeada a puñetazos es muchas veces minimizada en nuestro país. Ni que decir de la que es golpeada con palabras, con la realidad, el abandono, el día a día, la soledad.
Ser mujer en un país en el que nuestra opinión muchas veces es respondida con burlas es duro. Que nuestras lágrimas sean respondidas con las espaldas de hasta quienes tenemos más cerca es doloroso. Ser mujer (y hombre también) en un estado al que la salud mental y emocional no le parece tema de importancia para el desarrollo es difícil. Me pregunto por las diferencias entre ser mujer de clase acomodada y ser mujer de clase ‘vulnerable’. Y esa sola palabra responde mucho a mi pregunta.
Es justamente el poco acceso a la salud mental el tema que más frustra a Alejandra Abusada, psicóloga y fundadora de Mami Linda.
‘Mami Linda nace de una investigación académica acerca de las representaciones de masculinidad en madres solteras. Yo tenía que hacer entrevistas a profundidad y ahí encontré que muchas mujeres necesitaban un espacio en el cual fuesen escuchadas y se les permitiera detenerse y mirar hacia adentro’, me cuenta Alejandra, a quien le pregunto también sobre el nombre de su organización. Allí entiendo que se enfocan en madres de familia, muchas de ellas madres solteras, varias otras agredidas.
Ellos empezaron haciendo talleres en San Juan de Lurigancho. Luego llegaron a Cañete con la organización Juguete Pendiente en pleno Niño del 2017. Alejandra cayó en cuenta que no solo había que reconstruir las casas y espacios físicos, sino también a las personas desde el lado emocional. Hoy han llegado también a Ventanilla, llevando talleres para madres de familia en un colegio público. Un trabajo inagotable en este estado que piensa que la mujer es decorativa, que puede recibir piropitos ‘inofensivos’ cuando a cualquiera le provoque y minimizar luego su incomodidad al respecto.
Alejandra considera que lo más duro que le toca ver en su trabajo es la violencia contra la mujer. Recuerda claramente el caso de una mujer golpeada por su marido, que la dejó sangrando en el piso solo porque ella se compró una cartera. En mi opinión, no fue por eso, fue porque ese sujeto tiene un serio problema mental. Lo que me hace pensar que no solo debemos enfocarnos en la mujer. Tal vez podríamos también tener talleres con hombres y lograr desactivar ese chip que normaliza la violencia en nuestro país.
Este año Mami Linda, junto a varios otros proyectos peruanos, fue seleccionado dentro del top 500 del premio Latinoamérica Verde 2017. De hecho, el premio se lo llevó una organización peruana de la que espero contarles pronto.
La experiencia que este nombramiento ha dado a Alejandra la recarga de energías, comunica a otra organizaciones y empresas lo que está haciendo desde su trinchera y abre puertas para que la red de contactos traiga resultados positivos. Su sueño es que las personas tomen conciencia de la importancia de la salud mental en la vida de las personas y cómo la carencia de esta puede tener serias repercusiones. Ella es una muy joven emprendedora con metas claras y trazadas. Si quieres conocer más de Mami Linda, ingresa aquí.
ENTREVISTA A ALEJANDRA ABUSADA, FUNDADORA DE MAMI LINDA
¿Qué te motiva a formar Mami Linda, y por qué el nombre?
Yo creo que la carencia de espacios de escucha y el poco acceso a salud mental me hicieron crear mami linda. Con respecto al nombre, simplemente se me saltó a la cabeza al reflexionar acerca del sacrificio de las madres solteras que buscan lo mejor para sus hijos. Creo que es simple, pero representativo de la población a la cual busco apoyar.
¿Qué es exactamente Mami Linda?
Más que una asociación civil sin fines de lucro o un voluntariado, yo lo considero como un movimiento en pro de la salud mental. Es un voluntariado emocional, donde las personas que van se involucran, sienten y crean junto a las poblaciones que apoyamos. Mami Linda genera espacios de apoyo emocional que fomentan crecimiento personal y una introspección en todas sus participantes.
¿Qué es lo más duro que te ha tocado ver en tu trabajo?
Yo creo que lo más duro que me toca ver es la violencia a la mujer. Nunca me voy a olvidar de una participante de Mami Linda que me contó entre lágrimas que su pareja la golpeó y la dejó en el suelo sangrando por haberse comprado una cartera. Lo que más me duele es que luego de esto la mujer se sienta culpable, que se sienta menos y crea que tiene que aguantar. Creo que es en este punto donde radica la mayoría de problemas de violencia en el país. El tener que ‘aguantar’, ya sea por los hijos, por el dinero o por no estar solas que muchas mujeres deciden callar y ver la tolerancia que tienen ellas a parejas abusivas es lo más duro que me toca ver.
¿Y cuál es la mayor satisfacción?
Definitivamente es cuando una persona que ha estado asistiendo a las charlas/talleres se acerca y te dice ‘gracias por acordarse de nosotras, gracias por su tiempo, me siento mejor’. Otra satisfacción muy grande es cuando se incrementan las tazas de asistencia, lo cual revela un compromiso de estas mujeres con ellas mismas, queriendo darse la oportunidad de mejorar y crecer.
¿Y la mayor frustración?
Mi mayor frustración es el poco acceso que tiene la población a salud mental.
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