Moscú. El presidente ruso, Vladímir Putin, se zambulló hoy en una poza con agua helada con motivo de la celebración del Bautismo de Cristo, una de las festividades más importantes de la Iglesia Ortodoxa.
“Sí, Putin se metió en una poza”, informó el Kremlin en un comunicado, que no especifica el lugar elegido para el baño bautismal y sólo se limita a explicar que fue en la región de Moscú.
Putin, un creyente confeso, se da todos los años un chapuzón en un estanque después de asistir a la tradicional misa de Epifanía.
El Kremlin siempre presume de que el presidente ruso está “absolutamente sano” y tiene una salud de hierro.
Casi 2,5 millones de rusos se zambulleron esta noche en las aguas heladas de lagos, ríos y estanques para expiar pecados, curar enfermedades o, simplemente, ponerse a prueba.
Como es tradicional, todos los lugares habilitados por las autoridades para el chapuzón estaban equipados con escaleras de madera para evitar resbalones y una caseta para calentarse donde distribuían té con miel, a lo que hay que sumar la presencia de personal sanitario.
Los popes bendijeron desde la madrugada con crucifijos de plata miles de pozas, estanques, ríos e incluso claros en el mar para que los rusos pudieran cumplir con su sagrada costumbre de la Epifanía.
Los fieles deben descender por una escalera de madera para evitar los resbalones y sumergirse tres veces en el agua, al tiempo que se persignan, piden a Dios que expíe sus pecados y rezan por su propia alma y la de sus seres queridos.
Además de los fieles ortodoxos, en las zambullidas participan amantes del riesgo y los “morzhí” (morsas), grupos de aficionados a los baños a la intemperie en invierno, que creen firmemente en que esa actividad extrema alivia y previene los catarros, enfermedades coronarias, infartos y derrames cerebrales.
La Iglesia Ortodoxa Rusa explicó hoy que el baño bautismal, aunque el agua haya sido bendecida por un pope, no cura todos los pecados si la persona en cuestión no se confiesa y no va a misa.
A su vez, millones de rusos acuden hoy a las iglesias para recoger en botellas y bidones el agua bendecida por los popes, en la jornada en la que se rememora el bautismo de Jesucristo por San Juan Bautista en el río Jordán.
Fuente: EFE