El cuidado de la piel no tiene por qué ser complicado, ni depender exclusivamente de productos comerciales. La exfoliación es una de las etapas más importantes pues eliminará las células muertas para un aspecto más luminoso, libre de impurezas. Lo bueno es que no necesariamente tiene que ser con productos caros, hay exfoliantes naturales que son buenísimos para todo tipo de piel.
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La dermatóloga doctora Whitney Bowe, expresó a Healthline que “la exfoliación elimina las células muertas que obstruyen los poros, lo que da lugar a una piel más suave y radiante”.
Hay desde los exfoliantes más suaves, hasta los más fuertes. Todo depende de la parte del cuerpo que se vaya a exfoliar. Si es para el cutis, lo ideal es aplicar los más suaves, principalmente si es propenso a irritaciones.
Exfoliantes naturales
-Azúcar: uno de los exfoliantes naturales más efectivos es el azúcar. Este ingrediente, común en todas las cocinas, contiene ácidos glicólicos que ayudan a renovar la piel. Mezclarlo con miel puede potenciar sus beneficios. La miel, como explica la dermatóloga Jessica Wu en una entrevista para Everyday Health, “es un humectante natural que hidrata la piel mientras combate bacterias”.
-Café: otro excelente aliado es el café molido. Este ingrediente no solo actúa como exfoliante físico, sino que también estimula la circulación sanguínea. El doctor Joshua Zeichner, director de investigación dermatológica en Mount Sinai, dijo a Byrdie que “los antioxidantes presentes en el café ayudan a combatir los radicales libres que envejecen la piel”.
-Avena: para quienes buscan algo más suave, la avena es ideal. Sus propiedades antiinflamatorias la hacen perfecta para pieles sensibles. Mezclada con yogur, ofrece un doble beneficio: exfoliación suave e hidratación profunda. La doctora Ava Shamban, dermatóloga y autora de Heal Your Skin, señaló a The Huffington Post que “la avena actúa como un calmante natural, mientras que el ácido láctico del yogur renueva la piel”.
Es importante recordar que, aunque la exfoliación es beneficiosa, no debe realizarse en exceso. La doctora Shari Lipner, dermatóloga en Weill Cornell Medicine, advirtió en una entrevista para Self que “hacerlo más de dos o tres veces por semana puede irritar la piel y dañarla”.
