Cada vez son más las personas en el planeta las que acuden al arte milenario del tatuaje, sin embargo, muchos son los que desconocen por completo la procedencia de las tintas que quedarán de por vida en sus cuerpos y sobre todo, algunos de los químicos utilizados para su creación.
Una investigación desarrollada por Kelli Moseman, investigadora química de la Universidad de Binghamton, Nueva York, detalló que muchas de las tintas más comunes en el mercado de los tatuajes cuenta con algunos ingredientes que no son especificados en sus etiquetas.
Las conclusiones se generaron gracias al análisis de más de 50 tintas de nueve marcas diferentes utilizadas en Estados Unidos. Al probar tintas fabricadas por empresas globales y productores más pequeños, los investigadores encontraron en su nuevo análisis que 45 de las 54 tintas que analizaron químicamente contenían sustancias que no estaban en la etiqueta, como pigmentos o aditivos no enumerados.
Información oculta
Los resultados fueron contundentes: 15 tintas contenían propilenglicol, el alérgeno de 2018 de la Sociedad Americana de Dermatitis de Contacto, mientras que otras muestras analizadas contenían sustancias potencialmente dañinas o simplemente extrañas, como antibióticos.
Para dar el beneficio de la duda y esperar una explicación por parte de los fabricantes, el estudio detalló que hasta ahora no se sabe si se trata de contaminaciones accidentales de tintas para tatuajes, errores en el etiquetado o adiciones intencionales, por lo tanto, desde la casa de estudios ya se confirmó que se realizarán otras investigaciones.
“Esperamos que los fabricantes tomen esto como una oportunidad para reevaluar sus procesos, y que los artistas y clientes tomen esto como una oportunidad para presionar por un mejor etiquetado y fabricación”, indicó Moseman, resaltando que las tintas para tatuajes pueden causar reacciones alérgicas como hinchazón, picazón y ampollas meses o incluso años después de haberse inyectado por primera vez.