Ir al gimnasio no es lo mismo para las personas con COVID prolongado. Sienten una fatiga aplastante que les impide hacer alguna actividad física.
Síndrome de fatiga crónica o EM/SFC
El agotamiento, ahogo o malestar post-esfuerzo, como se le llama, es característico del Covid prolongado y de enfermedades asociadas al síndrome de fatiga crónica o EM/SFC.
Poco a poco se ha ido descartando la idea de que el ejercicio ayuda a los pacientes, a pesar de que los estudios añaden que no se trata solo de la condición física de los pacientes sino de superar el dolor.
“No creo que el mensaje haya sido lo suficientemente fuerte”, dice David Putrino, director de innovación en rehabilitación del Mount Sinai Health System. “Está muy claro que ésta no es una respuesta típica al ejercicio”.
Dolencias luego del ejercicio
La investigación, publicada en Nature Communications, se realizó tomando biopsias con Covid prolongado antes y después de hacer ejercicios y, según los científicos de los Países Bajos, hubo anomalías en el tejido muscular que sería una reacción grave a la actividad física.
En los hallazgos se encontró que la energía celular y las mitocondrias, están comprometidas y el tejido carece de energía.
“Lo vimos inmediatamente y es muy profundo”, dice Braeden Charlton, uno de los autores del estudio de la Universidad Vrije de Ámsterdam.
“Las muestras de tejido de pacientes con COVID prolongado también revelaron daño muscular grave, una respuesta inmune alterada y una acumulación de microcoágulos”, explica NPR en su portal web.
Debilidad tras ejercitarse con Covid prolongado
“Esta es una enfermedad muy real”, dice Charlton. “Vemos esto básicamente en todos los parámetros que medimos”.
Durante las pruebas, es verídico que las pruebas de ejercicios resultaron mal. Todo se debe a que las personas sufrían dolores musculares luego de un entrenamiento intenso, pero el malestar post-esfuerzo es mucho más doloroso.
“No es sólo dolor”, dice Charlton. “Para mucha gente, es completamente debilitante durante días o semanas”. Los síntomas pueden ser fatiga, dolor muscular, niebla mental y problemas cognitivos que pueden durar hasta una semana después del primer ejercicio.
“Su línea base ya estaba deteriorada y cayó aún más con el ejercicio máximo”, dice Charlton.