Son muchas las cosas que pueden repercutir en el sueño. Desde una alimentación desbalanceada, una ajetreada rutina y hasta el color de las paredes de la habitación. Aunque suene un poco descabellado, el lugar de dormir debe estar acondicionado precisamente para el descanso, por lo que no se recomiendan artículos electrónicos dentro de él y mucho menos paredes en tonos fuertes.
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Pero el feng shui tiene numerosos tips para generar una excelente armonía en este espacio tan importante de la casa. Entre los más sencillos están: no ubicar espejos frente a la cama, no tener relojes ni objetos dañados, jamás dormir con una ventana detrás y sacar los papeles acumulados y la ropa en desuso.
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Cero colores vivos
A esto hay que sumarle el color de las paredes. Si tienes tonos chillones o llamativos, es momento de cambiarlas. Estos harán que el cerebro no esté del todo relajado al momento de conciliar el sueño y que no puedas dormir corrido. Cabe destacar que esto aplica también para la ropa de cama.
Hay cuatro colores que el feng shui considera ideales para generar un ambiente de relajación en la habitación. Y son el blanco, el marfil, el beige y el crema. Aunque estos podrían servir como base para generar un tono más personalizado. Eso sí, sin tocar los tonos vivos o estridentes.
Si estás en busca de un toque de color, puedes optar por tonos pasteles de tu preferencia. Desde rosa, azul, verde y hasta lila. Estos puedes utilizarlos en todas las paredes, como también para darle un plus a la habitación en alguna área en específico, como en el marco de una ventana, detrás de la cama, entre otros rincocitos de tu preferencia.