Congelar los vegetales ya cortados y listos puede ayudarte a ahorrar tiempo en la preparación de tus comidas. Si lo haces de la manera correcta, no perderán nutrientes ya que diferentes estudios científicos afirman que la mayoría de las verduras y hortalizas se pueden congelar.
La conservación por congelación provoca la formación de cristales de hielo en los alimentos y, por ello, la disminución de la cantidad de agua libre que puede ser utilizada por los microorganismos presentes. Congelarlos sólo alargará su vida útil y no interviene en la pérdida o alteración de sus nutrientes.
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Entre la lista de vegetales que se pueden congelar se encuentran brócoli, berenjena, pimiento, guisantes, ajo, cebolla, cebolla china, zapallo, zapallito italiano, poro, alcachofa, espinaca, acelga, choclo, espárragos y coliflor. Estos alimentos pueden lavarse, cortarse en trozos y almacenarlos en envases adecuados dentro de la nevera para su preservación.
Los que no se recomiendan congelar son: tomate (si se congela, no podrá servir para consumo en crudo), pepino, apio (si se congela, no podrá servir para consumo en crudo), lechuga, papa (al congelarse, perderá su sabor y textura).
¿Cómo congelarlos?
Para empezar, es importante que todos los vegetales que vayas a congelar se encuentren en su punto óptimo y que los cortes antes. Que estén en su mejor estado, te ayudará a que tengan el máximo de sabor que se espera de ello y al cortarlos ocuparán menos espacio en el congelador. Además, a la hora de cocinarlos va a ser más fácil que se preparen y queden en el punto exacto para que no pierdan sus propiedades.
Ahora bien, hay unos que se pueden congelar con sólo cortarlos, mientras que otros deberían ser escaldados antes.