La desinfección de los vegetales es una de las grandes preocupaciones para garantizar un consumo sano. Muchas veces recurrimos a ingredientes industrializados o caseros para eliminar cualquier bacteria que puedan encontrarse en los alimentos, especialmente aquellas de composición rugosa como el brócoli o la lechuga.
Lavar las comidas es un asunto de higiene, de prevención de intoxicaciones y con ello mejoramos el mejor sabor del alimento que vayamos a degustar. Nadie quiere comer una zanahoria con sabor a tierra.
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Uno de los más usados en la cocina es el vinagre porque tiene ácido acético y el limón (que también hay quienes lo utilizan para “limpiar” vegetales) contiene ácido cítrico. Ambos pueden remover o matar sólo cerca del 15% de los patógenos, por lo que no es útil limpiar, remojar o lavar ningún vegetal con este tipo de compuestos.
Los especialistas señalan que lo ideal sería utilizar cloro (en dosis que no sean tóxicas para el organismo), bicarbonato o agua oxigenada (peróxido de hidrógeno).
Las cantidades a utilizar son fundamentales. En el caso del cloro, primero hay que buscar una marca que se pueda usar para limpiar alimentos (puedes leerlo en las etiquetas del producto). Por cada litro de agua debe colocarse 10 gotas de cloro; si es bicarbonato de sodio, por cada litro de agua se agrega una cucharada; y si es agua oxigenada, la cual es útil para eliminar hongos, por cada litro de agua se agregan cuatro cucharadas.
A veces, con el agua oxigenada y con el bicarbonato cambia un poco el sabor del alimento, así que es importante lavar al final con agua potable. Por eso, lo que suelo recomendar es la dilución del cloro (que no sea jabonoso y no tenga fragancias) en agua.