¿Fan de la limpieza? 4 usos del bicarbonato de sodio en casa que no te imaginas

El bicarbonato de sodio ha desplazado a decenas de productos de limpieza con su amplia efectividad.

Limpiar nunca había sido tan fácil. Ya no es necesario comprar numerosos y potentes detergentes para que la casa y algunos objetos queden relucientes. Con el bicarbonato de sodio es más que suficiente para desmanchar ollas limpiar paredes y hasta lograr que la vajilla recupere su pulcro blanco.

Al disolverlo en agua, limón, vinagre o jabón, activamos su poder desengrasante, blanqueador y hasta desinfectante, ideal para ponerlo a prueba en las distintas áreas de la cocina y el baño. Acá te contamos algunos de los usos que le puedes dar en tu casa y lo mejor de todo es que es inoloro por lo que las alergias no serán un problema.

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Desengrasa ollas y platos

Con tan solo dos cucharadas de bicarbonato, un chorrito de jabón y agua lograrás desengrasar y hasta blanquear tus utensilios sin tener que recurrir a productos abrasivos que pongan en riesgo su color y hasta el teflón. Si alguno tiene la suciedad mucho más adherida, solo debes remojarlo por algunos minutos para luego removerlo con la esponja.

Limpia el lavaplatos

Con el constante uso las piezas metálicas de la cocina suelen tornarse opacas o hasta adquirir un color un poco más oscuro. Para solucionar esto solo necesitas esparcir bicarbonato de sodio con un chorrito de agua tibia, luego limpia con una esponja en movimientos circulares.

Desmancha paredes blancas

Si tienes alguna pared sucia o simplemente manchada, solo tienes que mezclar una cucharadita de bicarbonato con una modesta cantidad de vinagre. Esa mezcla la vas a repartir en la pared con una esponja (no tan húmeda para que no chorree) y con suaves movimientos vas a trabajar sobre las zonas más sucias; lo mejor de todo es que no es necesario enjuagarla.

Desengrasa el horno

Si el horno destila grasa, con el bicarbonato puedes dejarlo reluciente de la manera más fácil. Solo debes espolvorear las partes, rociarle agua y dejarlo reposar durante toda la noche; a la mañana siguiente con tan solo una esponja podrás sacar toda la suciedad sin necesidad de raspar.

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