¡Increíble! Lo que para muchos padres resulta ser un dispositivo de distracción se convirtió en la salvación de una adolescente secuestrada por un delincuente. Gracias a su consola de videojuego Nintendo Switch, el FBI pudo rastrearla a través de la red Wifi y dar con su paradero en Arizona, Estado Unidos. La joven estuvo sometida 11 días a tratos crueles que incluyeron pornografía infantil, según las autoridades locales.
La adolescente, a quien el medio ABC15 no identifica debido a la naturaleza del caso, desapareció de su casa en el estado de Virginia, el 3 de agosto de 2022. Entre los voluntarios de búsqueda se encontraba Keitra Coleman y su grupo Hear Their Voices, una organización que ayuda a localizar niños y adolescentes desaparecidos y explotados, víctimas de violencia doméstica y personas sin hogar.
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Los equipos ampliaron su búsqueda en las calles, pero la niña ya estaba retenida por su secuestrador, un hombre de 28 años identificado como Ethan Roberts, quien la llevaba en un autobús a más de 2.000 millas de distancia. Las investigaciones dedujeron que el sujeto se había hecho amigo de la adolescente por internet y la condujo hasta un complejo de apartamentos en Tolleson, Arizona.
En dicho lugar, el delincuente obligó a la víctima a participar en pornografía infantil y en otros actos indecorosos. ”Pasó por muchas cosas en esos pocos días”, dijo Coleman.
Los registros de la corte federal señalaron que Roberts permitió que la niña llevara su consola de juegos Nintendo Switch. Cuando se conectó a internet para ver YouTube y descargar un juego, dejó “rastros digitales”.
Afortunadamente, el Switch tiene una función que alerta a sus compañeros de juegos cada vez que se conecta. En este caso, salvó la vida de la quinceañera ya que un amigo vio aparecer su nombre con actividad reciente y alertó a las autoridades.
Los especialistas más experimentados mencionaron que las agencias policiales usan con frecuencia el rastreo de dispositivos digitales para capturar a los sospechosos y encontrar a los desaparecidos.
La adolescente regresó con su familia en Virginia para recuperarse de la terrible experiencia, que pudo haber durado mucho más si no hubiera sido por el Nintendo Switch. El responsable fue acusado por cargos que incluyen pornografía infantil y transporte de un menor con la intención de participar en una actividad sexual delictiva. Recibió una condena de 30 años de prisión.