Se presentan con nombres atractivos, diciendo que dan “energía”, “alas” y hasta son capaces de convertirlos en “monstruos”. Lo que hacen realmente las bebidas energéticas en el cuerpo es aportar altas dosis de estimulantes con la falsa esperanza de quitar el cansancio o recuperar fuerzas después de varios días de mucho trabajo o estudio.
Una investigación de la Universidad de Texas (Estados Unidos) reveló que el consumo de una sola lata en adultos jóvenes y sanos podría dañar la función de los vasos sanguíneos. Otros estudios internacionales han asociado la ingesta de este tipo de bebidas con muchas patologías, incluso afecciones relacionadas con el estómago como el reflujo gastroesofágico y alteraciones en el sistema nervioso, dando paso a convulsiones.
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Uno de los efectos negativos de ingerirlas en exceso es que pueden elevar la presión arterial, provocar arritmias cardíacas, infartos y hasta accidentes cerebrovasculares. Poseen otros componentes insanos o problemáticos como la cafeína. Solo una lata de estas bebidas puede aportar hasta 4 tazas de café, lo que la hace muy perjudicial para el organismo.
También son altas en carbohidratos, un nutriente que consumido en exceso puede aumentar las calorías totales, lo que puede llevar a un aumento de peso. Las investigaciones demuestran que no solo aumentan el nivel de azúcar en la sangre, sino que pueden causar resistencia a la insulina y desarrollar más adelante una diabetes y trastornos de obesidad.
Otro peligro es la combinación con bebidas alcohólicas. La elevada cantidad de cafeína que contienen las “energéticas” disfraza los efectos depresores del alcohol sobre el sistema nervioso, disminuyendo la autopercepción de la ebriedad y pudiera ocasionar en las personas un coma etílico.
Un comité científico español recalca los potenciales riesgos para un cierto grupo de la población de tomar las bebidas energizantes:
Las personas consumidoras, con peso de 50 kilos (o menos) deben evitar el consumo de bebidas energéticas con más de 32 mg/100ml para evitar alteraciones del sueño.
Mientras que los que pesan 60 kilos no deben consumir 1000 ml de cualquier bebida energética ni superar 500 ml de aquellas con concentraciones de entre 40-55 mg cafeína/100 ml, ya que podría afectar el sueño y provocar efectos adversos en la salud.