Si quieres incorporar un excelente alimento a tu dieta diaria que te ayude a reducir los niveles de colesterol, pero que además te ofrezca otros beneficios, como el rejuvenecimiento de la piel, entonces debes probar el yacón.
El yacón es un tubérculo de origen sudamericano que tiene un sabor dulce, parecido a la pera, y una consistencia crujiente. Este vegetal es bajo en calorías, presenta un bajo índice glucémico y tiene un tipo de fibra llamada fructooligosacáridos (FOS), que hace que la fructosa que contiene no sea absorbida por el organismo.
Por lo tanto, el yacón actúa como prebiótico, aunque no solo eso, ya que también es antioxidante, aparte, tiene compuestos antiinflamatorios y es una rica fuente de minerales esenciales, como el magnesio y el calcio.
¿Cuáles son los beneficios de consumir yacón?
Uno de los principales beneficios que surge del consumo del yacón, es que tiene la capacidad de reducir los niveles de colesterol LDL. Pero también ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre.
Gracias a los FOS, el yacón no sube rápidamente de los niveles de azúcar en la sangre, por lo que, si lo consumes regularmente, te ayudará a mantener controlada los niveles de insulina, convirtiéndose en un buen alimento para personas con prediabetes o diabetes.
Asimismo, al ser una fuente de calcio y magnesio, fortalece los huesos del cuerpo, y reduce el riesgo de padecer osteoporosis u otras enfermedades relacionadas con los huesos.
Como el yacón cuenta con un alto contenido en antioxidantes, ayuda a mantener la piel joven, previniendo el envejecimiento prematuro provocado por los radicales libres, al mismo tiempo que ayuda a mantener la piel hidratada al retener la humedad.
El yacón también mejora la digestión, incentivando un microbioma saludable, y sus enzimas colaboran con la descomposición de los carbohidratos complejos.
De igual manera, el yacón contribuye a bajar de peso, gracias a la sensación de saciedad que producen de manera prolongada los FOS en el cuerpo, ya que no pueden ser digeridos, pero como alimentan las bacterias buenas de los intestinos, liberan unas hormonas que le indican al cerebro que la persona está saciada.