Cuando se trata de mejorar la digestión hay una variedad de alimentos que contribuye a lograrlo, como las verduras verdes, frutas como la piña y la ciruela, el aceite de oliva y la avena, por sus efectos en la asimilación de las comidas. Si embargo, hay uno que resulta infaltable en cualquier dieta o lista de recomendaciones y es el yogur.
Este alimento es fuente de proteínas, micronutrientes, además de minerales (calcio, sodio, fósforo, potasio, magnesio) y vitaminas A, D y complejo B. Y no solo es un alimento con nutrientes que pueden consumir niños y adultos, sino que el yogur tiene un alto contenido de probióticos (microorganismos vivos), que ayudan al equilibrio de la microbiota intestinal, y por ende, benefician el sistema digestivo.
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El hecho de que la lactosa se transforme en ácido láctico durante el proceso de fermentación es la clave para que este alimento ligero favorezca a la flora intestinal y evite la indigestión o las incómodas flatulencias.
Si la flora intestinal es sana mejora la digestión y se facilita el tránsito intestinal, es decir, que le dirás adiós a las diarreas o al estreñimiento, según reseña Psicología y Mente.
Cuándo tomar yogur para mejorar la digestión
Es importante saber que la digestión es un proceso natural que comienza en el momento mismo de la masticación de los alimentos. Por eso es vital que para asimilar los nutrientes lo hagamos con atención, calmados, sin estrés y conscientes de cada bocado.
Una vez sumemos el yogur a nuestra dieta diaria, lo ideal es preferir uno sin azúcar ni añadidos, es decir, natural. La hora de su consumo tradicionalmente se hace en las mañanas con el desayuno, pero también se puede consumir en las tardes o la noche, o añadirlo a nuestras preparaciones.