Es importante aclarar que, aunque tienen algunas similitudes, nada tiene que ver la dieta nórdica con la mediterránea, aunque en lo que ambos coinciden es en lo positivo y beneficiosos que son para el cuerpo humano.
En la actualidad la dieta nórdica está muy de moda en el ambiente nutricional ya que está comprobado científicamente que es rica en nutrientes, ideal para adelgazar y es capaz de reducir distintos riesgos de varias enfermedades.
Bases de la dieta
El pilar principal de dicha dieta son los alimentos tradicionales disponibles en los países nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia), constituidos por cereales integrales (centeno, cebada y avena), frutas, los tubérculos (remolacha, zanahoria y nabos), pescados grasos (salmón, atún y caballa), legumbres y los lácteos bajos en grasa.
La dieta nórdica también puede incluir alimentos menos frecuentes o conocidos como algas marinas y quelpos, que son ricos en nutrientes como yodo, ácidos grasos omega-3 y vitamina D, al igual que los musgos, semillas, verduras y hierbas. A diferencia de otras dietas, los cítricos y frutas tropicales no forman parte de dicha metodología para adelgazar.
Ésta fue creada por un comité de especialistas en nutrición con recomendaciones chefs experimentados, historiadores de la alimentación, ecologistas y otros especialistas de la materia.
Beneficios
La European Journal for Nutrition, determinó en una publicación basada en varias investigaciones por parte del Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN) y del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de España, que la dieta mediterránea es capaz de reducir las posibilidades de obesidad, sobrepeso, así también otros factores de riesgos como, por ejemplo, el colesterol LDL (colesterol malo).
Para entender un poco más al respecto, en una comparativa las personas de los países mediterráneos sufren menos enfermedades cardiovasculares que en los occidentales, debido a que los nutrientes que contienen sus recetas sobresalen los cereales y vegetales como base de los platos, la carne (principalmente blanca) como guarnición y la riqueza de los micronutrientes como verduras y condimentos.