Una de las bodas más anunciadas este 2024 se celebró finalmente. Melissa Paredes y Anthony Aranda se dieron el “sí” tras tres años de relación, un evento donde las personalidades de la farándula brillaron por su ausencia.
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Tal como reveló la novia en sus redes sociales, llevó un elegante vestido blanco sin mangas, con corte de corazón y detalles bordados además de un largo velo blanco. Su estilismo más sobrio con tocado de brillantes, un look que desató muchas críticas en redes sociales.
La mayoría apuntó al uso del color blanco, pese a tratarse de su segunda boda. “Que tal cara de palo para casarse de blanco con su amante”, “No soy de juzgar a las personas pero es bien horrible casarse de blanco con tu amante y con la persona que hiciste tanto daño a otra persona”, se leyó entre los comentarios.
¿Error o acierto?
A la hora de elegir el vestido de novia no hay reglas sobre estilos o colores. El blanco es la opción más tradicional por estar vinculada a la elegancia pero también a la pureza, inocencia y bondad, sin embargo, no está “prohibido” para unas segundas nupcias.
Los expertos dan algunas recomendaciones acerca de los colores y diseños ideales, también aquellos que están en tendencia. Por ejemplo, para la celebración de una boda civil, se opta por diseños más sencillos aunque sin sacrificar la elegancia. Algunas novias incluso eligen atuendos con pantalón o vestidos midi que son más cómodos para el evento generalmente celebrado de día.
Para unas segundas nupcias, ya sea las divorciadas o viudas, existen varias opciones ideales que no necesariamente obligan a llevar el color blanco. Las novias pueden no solo combinar texturas si no también colores, por ejemplo, estampados con el color negro o tonos pasteles.
Sin alejarse del estilo romántico de las novias tradicionales, otras novias optan por combinar dos piezas de color, por ejemplo, en tono rosa, salmón, beige e incluso el gris. El crepé, satinado y seda siguen siendo los favoritos.