La llegada de ‘Chabuca’ a las salas de cine ha desenterrado antiguos desenlaces de la vida de Ernesto Pimental. Y uno de ellos es la relación que tuvo con el afamado bailarín, Alex Brocca.
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A más de uno no le ha convencido la imagen que se le dio al también escritor en el filme autobiográfico, incluyendo a sus hermanas; quienes a través de Amor y Fuego aseguraron que lo plasmaron como un “vividor” y tóxico”.
Pero en los últimos días esa percepción que deja la película ha cambiado debido a los registros de Brocca que han salido a la luz. En principio, una reportaje que le realizaron para la revista Magaly Teve, un pequeño fragmento de su paso por el programa de Magaly Medina en 1999 y por último la entrevista que le concedió a Panorama.
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La pelea de Alex Brocca y Ernesto Pimentel
La última mencionada dejó al descubierto el episodio de violencia que vivió Alex Brocca junto a Ernesto Pimentel. Fue a través de ‘Todo se filtra’ por la pantalla de Panamericana donde transmitió aquel archivo del encuentro entre Alex Brocca y Pamela Vértiz que a la fecha acapara todas las miradas.
Durante la conversación, ahondó en uno de los momentos más deplorables de la relación. Pues según manifestó, todo empezó a deteriorarse cuando Pimentel empezó a convertirse en un referente de la televisión con su personaje, pero la gota que derramó el vaso fueron las presuntas infidelidades del comediante.

Sin guardarse nada, Alex Brocca contó cómo una llamada en la madrugada desencadenó un enfrentamiento entre ellos, y del cual hasta terminó con el tabique desviado por un golpe de Ernesto Pimentel. “Mi nariz empezó a sangrar, nos agarramos muy fuerte a golpes”, mencionó.
“Sonó el teléfono como a las 4 de la mañana […] Yo le dije quién es y Ernesto me dice: ‘Qué te importa’. Yo le colgué y volvió a sonar el teléfono, y por el otro lado me dijeron: ‘Oye tú que te metes’. Yo le respondí lo que tenía que responderle y le dije es mi problema, tú no tienes por qué llamar”, mencionó el escritor en 1999 para Panorama.