2023 ha sido un año de separaciones y polémicas entre las parejas de la farándula lorcha. Para evitar ser los próximos, muchos famosos no solo confían en el amor para mantenerse unidos, sino también recurren a rituales y cábalas curiosas y así procurar la felicidad en sus relaciones.
Una que admitió seguir una tradición muy popular es la presentadora Ethel Pozo quien recientemente celebró el primer aniversario de bodas con Julián Alexander. La hija de Gisela Valcárcel celebró una boda majestuosa con un enorme pastel del cual guardó el último piso o base en el congelador durante el último año, un ritual el cual argumentó en redes.
TE PUEDE INTERESAR: Nadar bajo la nieve: Ethel Pozo vive la experiencia en sus vacaciones y esto es lo que cuesta
“La congelas un año y queda igual, para los que se van a casar este año nada, el último piso, es tradición, cábala, como quieran llamarlo, lo guardan y se lo comen con el marido al año, para la buena suerte”. Las seguidoras la apoyaron y otras dudaron de su teoría.
“Esta torta ya estará piedra, hongueada. La Ethel quiere llamar la atención con cualquier tontería”, “Que yo sepa se guarda un mes, pero un año ¿ será saludable eso?”, fueron algunas de las reacciones que replicó el reportero de Instarándula, Samu Suárez.
Ethel no es la única. Su compañera de set en América Hoy, Brunella Horna, compartió un video del momento en el que guardó el último piso del enorme pastel con el que celebró su boda con el empresario Richard Acuña. La rubia, quien espera su primer bebé este 2023, se sumó a esta tradición que tiene un significado especial para las parejas.
¿Cómo surgió esta tradición?
El matrimonio es una de las celebraciones más icónicas e importantes de cualquier pareja. Son varias las tradiciones que se siguen desde hace años para convocar la buena suerte y la prosperidad, desde lanzarles arroz hasta el ritual del pastel en la nevera durante todo un año.
Esta tradición surgida en las monarquías europeas, originalmente señalaba que el piso del pastel debía guardarse hasta el nacimiento del primer hijo, un buen augurio del amor y la estabilidad de la pareja, pero con el tiempo fue cambiando hasta el primer aniversario de boda.